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sábado, 4 de julio de 2020

185 LECCIÓN


Deseo la Paz de Dios. 
1. Decir estas palabras no es nada. 2 Pero decirlas de todo corazón lo es todo. 3 Si pudieras decirlas de verdad, aunque sólo fuese por un instante, nunca más volverías a sentir pesar alguno, en ningún lugar o momento. 4 Recobrarías plena conciencia del Cielo, el recuerdo de Dios quedaría completamente reinstaurado y reconocerías plenamente la resurrección de toda la Creación. 

2. No hay nadie que pueda decir estas palabras de todo corazón y no curarse. 2 Ya no podría entretenerse con sueños o creer que él mismo es un sueño. 3 No podría inventar un infierno y creer que es real. 4 Desea la Paz de Dios y se le concede. 5 Pues eso es todo lo que desea y todo lo que recibirá. 6 Son muchos los que han dicho estas palabras, 7 pero ciertamente son muy pocos los que las han dicho de verdad. 8 No tienes más que contemplar el mundo que ves a tu alrededor para cerciorarte de cuán pocos han sido. 9 El mundo cambiaría completamente sólo con que hubiese dos que estuvieran de acuerdo en que esas palabras expresan lo único que anhelan. 

3. Dos mentes con un solo empeño se vuelven tan fuertes que lo que disponen se convierte en la Voluntad de Dios. 2 Pues las mentes sólo se pueden unir en la verdad. 3 En sueños, no hay dos mentes que puedan compartir la misma intención. 4 Para cada una de ellas el héroe del sueño es distinto y el desenlace deseado no es el mismo. 5 El perdedor y el ganador simplemente alternan de acuerdo con patrones cambiantes, según la proporción entre ganancia y pérdida y entre pérdida y ganancia adquiere un matiz diferente o adopta otra forma. 

4. No obstante, lo único que se puede hacer en sueños es transigir. 2 A veces ello adopta la forma de una unión, pero sólo la forma. 3 El significado no puede sino estar ausente del sueño, pues su meta es transigir. 4 Las mentes no pueden unirse en sueños. 5 Sólo pueden negociar. 6 Mas ¿qué trato podrían hacer que les proporcionase la Paz de Dios? 7 Las ilusiones pasan a ocupar Su lugar. 8 Y lo que Él es deja de tener significado para las mentes dormidas empeñadas en hacer tratos, cada cual en beneficio propio y a costa de la pérdida de otros. 

5. Desear la Paz de Dios de todo corazón es renunciar a todos los sueños. 2 Pues nadie que diga en serio estas palabras desea ilusiones o busca la manera de obtenerlas. 3 Ya las examinó y se dio cuenta de que no le ofrecen nada. 4 Ahora procura ir más allá de ellas, al reconocer que otro sueño sólo le ofrecería lo mismo que los demás. 5 Para él, todos los sueños son uno. 6 Y ha aprendido que la única diferencia entre ellos es la forma que adoptan, pues cualquiera de ellos suscitará la misma desesperación y zozobra que los demás. 

6. La mente que en verdad desea la paz debe unirse a otras mentes, pues así es como se alcanza la paz. 2 Y cuando el deseo de paz es genuino, los medios para encontrarla se le conceden en una forma tal que cada mente que honradamente la busca pueda entender. 3 Sea cual sea la forma en que se presente la lección, ha sido planeada para él de tal manera que si su petición es sincera, la verá claramente. 4 Mas si su petición no es sincera, no habrá forma de que pueda aceptar la lección o realmente aprenderla. 

7. Dediquemos hoy nuestra práctica a reconocer que realmente decimos estas palabras de todo corazón. 2 Deseamos la Paz de Dios. 3 No es éste un deseo vano. 4 Estas palabras no piden que se nos dé otro sueño. 5 No procuran transigir, ni tampoco tratan de hacer otro trato con la esperanza de que aún haya un sueño que pueda tener éxito ahí donde todos los demás han fracasado. 6 Decir estas palabras de corazón es reconocer la futilidad de las ilusiones y pedir lo eterno en lugar de sueños cambiantes que parecen ofrecerte distintas cosas, pero que en realidad son igualmente insubstanciales. 

8. Dedica hoy tus sesiones de práctica a escudriñar minuciosamente tu mente a fin de descubrir los sueños que todavía anhelas. 2 ¿Qué es lo que realmente deseas de corazón? 3 Olvídate de las palabras que empleas al hacer tus peticiones. 4 Considera solamente lo que crees que te brindará consuelo y felicidad. 5 Pero no te desalientes por razón de las ilusiones que aún perduran, pues la forma que éstas adoptan no es lo que importa ahora. 6 No dejes que algunos sueños te resulten más aceptables, mientras que te avergüenzas de otros y los ocultas. 7 Todos son lo mismo. 8 Y puesto que todos son lo mismo, debes hacerte la siguiente pregunta con respecto a cada uno de ellos: “¿Es esto lo que deseo en lugar del Cielo y de la Paz de Dios?” 

9. Ésta es la decisión que tienes que tomar. 2 No te dejes engañar pensando que no es así. 3 En esto no es posible transigir. 4 Pues o bien eliges la Paz de Dios o bien pides sueños. 5 Y éstos vendrán a ti si eso es lo que pides. 6 Mas la Paz de Dios vendrá con igual certeza para permanecer contigo para siempre. 7 No desaparecerá con cada curva o vuelta del camino para luego reaparecer sin que sea reconocible, en formas que cambian y varían con cada paso que das. 

10. Deseas la Paz de Dios. 2 Y eso es lo que desean también todos los que parecen ir en pos de sueños. 3 Esto es lo único que pides, tanto para ellos como para ti, cuando haces esta petición con profunda sinceridad. 4 Pues de esa manera procuras alcanzar lo que ellos desean realmente y unes tu intención a lo que ellos quieren por encima de todas las cosas, hecho éste que tal vez les sea desconocido, si bien para ti es indudable. 5 Ha habido ocasiones en las que has sido débil y en las que has estado indeciso acerca de tu propósito, inseguro con respecto a lo que quieres, adónde ir a buscarlo o adónde acudir en busca de ayuda. 6 Mas la ayuda ya se te ha dado. 7 ¿Y no dispondrías de ella ahora compartiéndola? 

11. Nadie que realmente busque la Paz de Dios puede dejar de hallarla. 2 Pues lo único que está pidiendo es no seguir engañándose al negarse a sí mismo lo que la Voluntad de Dios dispone para él. 3 ¿Quién puede quedar insatisfecho si pide lo que ya es suyo? 4 ¿Quién que pida una respuesta que él puede dar puesto que dispone de ella, puede decir que no se le ha contestado? 5 La Paz de Dios es tuya. 

12. La paz fue creada para ti; tu Creador te la dio y la estableció como Su eterno don. 2 ¿Cómo ibas a poder fracasar cuando tan sólo estás pidiendo lo que Él dispone para ti? 3 ¿Y cómo podría ser que lo que pides fuese para ti solamente? 4 No hay ningún don de Dios que no sea para todos. 5 Éste es el atributo que distingue a los dones de Dios de todos los sueños que alguna vez parecieron ocupar el lugar de la verdad. 

13. Cuando un don de Dios ha sido pedido y aceptado por cualquiera, nadie pierde, sino que todos salen ganando. 2 Dios da sólo con el propósito de unir. 3 Para Él, quitar no tiene sentido. 4 Y cuando tampoco lo tenga para ti, sabrás a ciencia cierta que compartes una sola Voluntad con Él, así como Él contigo. 5 Y también sabrás que compartes una sola Voluntad con todos tus hermanos, cuya intención es la tuya. 

14. Es esa única intención lo que buscamos hoy al unir nuestros deseos a la necesidad de cada corazón, al llamamiento de cada mente, a la esperanza que se encuentra más allá de toda desesperación, al amor que el ataque quisiera ocultar y a la hermandad que el odio ha intentado quebrantar, pero que aún sigue siendo tal como Dios la creó. 2 Con semejante ayuda a nuestro lado, ¿cómo íbamos a poder fracasar hoy cuando pedimos que se nos conceda la Paz de Dios?

jueves, 2 de julio de 2020

184 LECCIÓN

El Nombre de Dios es mi herencia. 
1. Vives a base de símbolos. 2 Has inventado nombres para todas las cosas que ves. 3 Cada una de ellas se ha convertido en una entidad aparte, identificada por su propio nombre. 4 De esta manera, la segregas de la unidad. 5 De esta manera, designas sus atributos especiales y la distingues de otras cosas al hacer hincapié en el espacio que la rodea. 6 Éste es el espacio que interpones entre todas las cosas a las que has dado un nombre diferente; entre todos los acontecimientos desde el punto de vista del tiempo y del lugar en que ocurrieron, así como entre todos los cuerpos que se saludan con un nombre. 

2. Este espacio, al que ves como lo que separa unas cosas de otras, es el medio a través del que tiene lugar la percepción del mundo. 2 Ves algo allí donde no hay nada y, a la vez, no ves nada donde hay unidad; ves un espacio entre todas las cosas, así como entre todas las cosas y tú. 3 De esa manera, crees haber “creado” vida en la separación. 4 Y debido a esta división crees ser una unidad que opera con una voluntad independiente. 

3. ¿Qué son todos esos nombres mediante los cuales el mundo se convierte en una serie de acontecimientos independientes, de cosas desunidas y de cuerpos que se mantienen aparte y que contienen fragmentos de mente como si de conciencias separadas se tratase? 2 Tú les diste esos nombres, dando lugar a la percepción tal como querías que fuese. 3 A las cosas sin nombre se les dio nombre, y de esta manera se les dio también realidad. 4 Pues a lo que se le da un nombre se le da significado y, de este modo, se considera significativo: una causa que produce efectos reales, con consecuencias inherentes a sí misma. 

4. Así es como, a base de una visión parcial, se construye la “realidad”, la cual se contrapone deliberadamente a lo que de hecho es la verdad. 2 Su enemigo es la unidad. 3 Concibe cosas insignificantes y las “ve”. 4 Y la ausencia de espacio, así como la sensación de unidad o la visión que ve de manera distinta, se convierten en las amenazas que debe superar, combatir y negar. 

5. Esta otra visión, no obstante, sigue siendo aún la dirección natural para que la mente canalice su percepción. 2 Es difícil enseñarle a la mente miles de nombres extraños, y luego otros miles más. 3 No obstante, crees que eso es lo que significa aprender: su objetivo principal por medio del cual se puede entablar comunicación y compartir conceptos de manera significativa. 

6. Ésta es la suma total de la herencia que el mundo dispensa. 2 Y todo aquel que aprende a pensar que eso es así, acepta los signos y los símbolos que afirman que el mundo es real. 3 Eso es lo que propugnan. 4 No dan lugar a que se dude de que a lo que se le ha dado nombre no esté ahí. 5 Se puede ver, tal como es de esperar. 6 Lo que niega que sea verdad es lo que es una ilusión, pues lo que tiene nombre es la “realidad suprema”. 7 Cuestionarlo es demencia, pero aceptar su presencia es prueba de cordura. 

7. Tal es la enseñanza del mundo. 2 No obstante, es una fase de aprendizaje por la que todo el que viene aquí tiene que pasar. 3 Mas cuanto antes perciba su base, lo cuestionable de sus premisas y cuán dudosos son sus resultados, cuanto antes pondrá en duda sus efectos. 4 El aprendizaje que se limita a lo que el mundo enseña se queda corto con respecto al significado. 5 Debidamente empleado, puede servir como punto de partida desde donde se puede comenzar otro tipo de aprendizaje y adquirirse una nueva percepción, desde donde se pueden erradicar todos los nombres arbitrarios que el mundo confiere al ser puestos en duda. 

8. No creas que fuiste tú quien hizo el mundo. 2 ¡Las ilusiones, sí! 3 Mas lo que es cierto en la tierra y en el Cielo está más allá de tu capacidad de nombrar. 4 Cuando recurres a un hermano es a su cuerpo a lo que te diriges. 5 Su verdadera identidad queda oculta debido a lo que crees que él es. 6 Su cuerpo responde al nombre con que lo llamas, pues su mente ha consentido en aceptar como propio el nombre que le das. 7 Y de esta manera, su unidad queda doblemente negada, pues tú lo percibes como algo separado de ti y él acepta como propio ese nombre separado. 

9. Sería en verdad extraño si se te pidiese ir más allá de todos los símbolos del mundo y los olvidaras para siempre y, al mismo tiempo, asumir una función docente. 2 Todavía tienes necesidad de usar los símbolos del mundo por algún tiempo. 3 Mas no te dejes engañar por ellos. 4 No representan nada en absoluto, y éste será el pensamiento que en tus prácticas te liberará de ellos. 5 Los símbolos no son sino medios a través de los cuales puedes comunicarte de manera que el mundo te pueda entender, pero que reconoces que no son la unidad en la que puede hallarse la verdadera comunicación. 

10. Así pues, lo que necesitas cada día son intervalos en los que las enseñanzas del mundo se convierten en una fase transitoria: una prisión desde la que puedes salir a la luz del sol y olvidarte de la obscuridad. 2 En esos intervalos entiendes la Palabra, el Nombre que Dios te ha dado; la única Identidad que comparten todas las cosas; el reconocimiento de lo que es verdad. 3 Y luego vuelves a la obscuridad, no porque creas que sea real, sino sólo para proclamar su irrealidad usando términos que aún tienen sentido en el mundo regido por ella. 

11. Usa todos los nombres y símbolos nimios que delinean el mundo de la obscuridad. 2 Mas no los aceptes como tu realidad. 3 El Espíritu Santo se vale de todos ellos, pero no se olvida de que la Creación tiene un solo Nombre, un solo Significado y una sola Fuente, la Cual une a todas las cosas dentro de Sí Misma. 4 Usa todos los nombres que el mundo da a esas cosas, pero sólo por conveniencia, mas no te olvides de que comparten el Nombre de Dios junto contigo. 

12. Dios no tiene nombre. 2 Sin embargo, Su Nombre se convierte en la lección final que muestra que todas las cosas son una. a Y con esta lección finaliza todo aprendizaje. 3 Todos los nombres se unifican; todo espacio queda lleno con el reflejo de la verdad. 4 Toda brecha se cierra y la separación se subsana. 5 El Nombre de Dios es la herencia que Él les dio a los que decidieron que las enseñanzas del mundo ocuparan el lugar del Cielo. 6 Lo que nos proponemos en nuestras prácticas es dejar que nuestras mentes acepten lo que Dios ha dado como respuesta a la mísera herencia que tú fabricaste como justo tributo para el Hijo que Él ama. 

13. Nadie que busque el significado del Nombre de Dios puede fracasar. 2 La experiencia es necesaria como complemento de la Palabra. 3 Pero primero tienes que aceptar el Nombre que abarca toda la realidad y darte cuenta de que los innumerables nombres que diste a todos sus aspectos han distorsionado lo que ves, pero no han afectado a la verdad en absoluto. 4 Invocamos un solo Nombre en nuestras prácticas. 5 Y usamos un solo Nombre para unificar nuestra visión. 

14. Y si bien empleamos un nombre distinto para cada aspecto del Hijo de Dios del que nos volvemos conscientes, comprendemos que todos comparten el mismo Nombre, el cual Él les dio. 2 Éste es el Nombre que vamos a usar en nuestras prácticas. 3 Y al usarlo, todas las separaciones insensatas que nos mantenían ciegos desaparecen. 4 Y se nos concede la fortaleza necesaria para poder ver más allá de ellas. 5 Ahora nuestra vista queda bendecida con bendiciones que podemos dar según las recibimos. 

Oración

15. Padre, nuestro Nombre es el Tuyo. 2 En Él estamos unidos a todos los seres vivos y a Ti que eres su único Creador. 3 Lo que hemos hecho y a lo que hemos dado muchos nombres diferentes no es sino una sombra con la que hemos tratado de nublar Tu Realidad. 4 Y nos sentimos contentos y agradecidos de haber estado equivocados. 5 Te entregamos todos nuestros errores a fin de ser absueltos de cuantos efectos parecían tener. 6 Y aceptamos la verdad que Tú nos das en lugar de cada uno de ellos. 7 Tu Nombre es nuestra salvación y escape de todo lo que hemos hecho. 8 Tu Nombre nos une en la Unicidad 4 que es nuestra herencia y nuestra paz. 9 Amén.

miércoles, 1 de julio de 2020

183 LECCIÓN

Invoco el Nombre de Dios y el Mío Propio. 
1. El Nombre de Dios es sagrado, pero no es más sagrado que el tuyo. 2 Invocar Su Nombre es invocar el tuyo. 3 Un padre le da su nombre a su hijo y de este modo identifica a su hijo con él. 4 Sus hermanos comparten su nombre, y así están unidos por un vínculo en el que encuentran su identidad. 5 El Nombre de tu Padre te recuerda Quién eres incluso en un mundo que no lo sabe e incluso cuando tú mismo no lo recuerdas. 

2. El Nombre de Dios no puede ser oído sin que suscite una respuesta, ni pronunciado sin que se produzca un eco en la mente exhortándote a recordar. 2 Di Su Nombre y estarás invitando a los ángeles a que rodeen el lugar en el que te encuentras, a cantarte según despliegan sus alas para mantenerte a salvo y a protegerte de cualquier pensamiento mundano que quisiera mancillar tu santidad. 

3. Repite el Nombre de Dios y el mundo entero responderá abandonando las ilusiones. 2 Todo sueño que el mundo tenga en gran estima de repente desaparecerá, y allí donde parecía encontrarse hallarás una estrella; un milagro de gracia. 3 Los enfermos se levantarán, curados ya de sus pensamientos enfermizos. 4 Los ciegos podrán ver y los sordos oír. 5 Los afligidos abandonarán su duelo y sus lágrimas de dolor se secarán cuando la risa de felicidad venga a bendecir al mundo. 

4. Repite el Nombre de Dios y todo nombre nimio deja de tener significado. 2 Ante el Nombre de Dios, toda tentación se vuelve algo indeseable y sin nombre. 3 Repite Su Nombre y verás cuán fácilmente te olvidas de los nombres de todos los dioses que honrabas. 4 Pues habrán perdido el nombre de dios que les otorgabas. 5 Se volverán anónimos y dejarán de ser importantes para ti, si bien, antes de que dejases que el Nombre de Dios reemplazase a sus nimios nombres, te postrabas reverente ante ellos llamándolos dioses. 

5. Repite el Nombre de Dios e invoca a tu Ser, Cuyo Nombre es el de Dios. 2 Repite Su Nombre y todas las cosas insignificantes y sin nombre de la tierra se ven en su correcta perspectiva. 3 Aquellos que invocan el Nombre de Dios no pueden confundir lo que no tiene nombre con el Nombre, el pecado con la Gracia ni los cuerpos con el santo Hijo de Dios. 4 Y si te unes a un hermano mientras te sientas con él en silencio y repites dentro de tu mente serena el Nombre de Dios junto con él, habrás edificado ahí un altar que se eleva hasta Dios Mismo y hasta Su Hijo. 

6. Practica hoy sólo esto: repite el Nombre de Dios lentamente, una y otra vez. 2 Relega al olvido cualquier otro nombre que no sea el Suyo. 3 No oigas nada más. 4 Deja que todos tus pensamientos se anclen en esto. 5 No usaremos ninguna otra palabra, excepto al principio, cuando repetimos la idea de hoy una sola vez. 6 Y entonces el Nombre de Dios se convierte en nuestro único pensamiento, nuestra única palabra, lo único que ocupa nuestras mentes, nuestro único deseo, el único sonido que tiene significado y el único Nombre de todo lo que deseamos ver y de todo lo que queremos considerar nuestro. 

7. De esta manera extendemos una invitación que no puede ser rechazada. 2 Y Dios vendrá y Él Mismo la aceptará. 3 No pienses que Él oye las vanas oraciones de aquellos que Lo invocan con nombres de ídolos que el mundo tiene en gran estima. 4 De esa manera nunca podrán llegar a Él. 5 Dios no puede oír peticiones que Le pidan que no sea Él Mismo o que Su Hijo reciba otro nombre que no sea el Suyo. 

8. Repite el Nombre de Dios y Lo estarás reconociendo como el único Creador de la Realidad. 2 Y estarás reconociendo asimismo que Su Hijo forma parte de Él y que crea en Su Nombre. 3 Siéntate en silencio y deja que Su Nombre se convierta en la idea todo- abarcadora que absorbe tu mente por completo. 4 Acalla todo pensamiento excepto éste. 5 Deja que ésta sea la respuesta a cualquier otro pensamiento y observa cómo el Nombre de Dios reemplaza a los miles de insignificantes nombres que diste a todos tus pensamientos, sin darte cuenta de que sólo hay un Nombre para todo lo que existe y todo lo que por siempre existirá. 

9. Hoy puedes alcanzar un estado en el que experimentarás el don de la gracia. 2 Puedes escaparte de todas las ataduras del mundo, y ofrecerle a éste la misma liberación que tú has encontrado. 3 Puedes recordar lo que el mundo olvidó y ofrecerle lo que has recordado. 4 Puedes también aceptar el papel que te corresponde desempeñar en su salvación, así como en la tuya propia. 5 Y ambas se pueden lograr perfectamente. 

10. Recurre al Nombre de Dios para tu liberación y se te concederá. 2 No se necesita más oración que ésta, pues encierra dentro de sí a todas las demás. 3 Las palabras son irrelevantes y las peticiones innecesarias cuando el Hijo de Dios invoca el Nombre de su Padre. 4 Los Pensamientos de su Padre se vuelven los suyos propios. 5 El Hijo de Dios reivindica su derecho a todo lo que su Padre le dio, le sigue dando y le dará eternamente. 6 Lo invoca para dejar que todas las cosas que creyó haber hecho queden sin nombre ahora y, en su lugar, el santo Nombre de Dios se convierta en el juicio que él tiene de la falta de valor de todas ellas. 

11. Todo lo insignificante se acalla. 2 Los insignificantes sonidos, ahora son inaudibles. 3 Todas las cosas vanas de la tierra han desaparecido. 4 El universo consiste únicamente en el Hijo de Dios, que invoca a su Padre. 5 Y la Voz de su Padre responde en el santo Nombre de su Padre. 6 La paz eterna se encuentra en esta perenne y serena relación, en la que la comunicación transciende con creces todas las palabras y, sin embargo, supera en profundidad y altura todo aquello que las palabras pudiesen alguna vez comunicar. 7 Queremos experimentar hoy esta paz en el Nombre de nuestro Padre. 8 Y en Su Nombre nos será concedida.