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sábado, 25 de julio de 2020

207 LECCIÓN


No soy un cuerpo. Soy libre. 
Pues aún soy tal como Dios me creó. 

1. (187) Bendigo al mundo porque me bendigo a mí mismo. 

2 La bendición de Dios irradia sobre mí desde dentro de mi corazón, donde Él mora. 3 No necesito más que dirigirme a Él y todo pesar desaparece conforme acepto Su infinito Amor por mí. 

4 No soy un cuerpo. 5 Soy libre. 6 Pues aún soy tal como Dios me creó.

206 LECCIÓN


No soy un cuerpo. Soy libre. 
Pues aún soy tal como Dios me creó. 

1. (186) De mí depende la salvación del mundo. 

2 Se me han confiado los dones de Dios porque soy Su Hijo. 3 Y deseo otorgarlos allí donde Él dispuso que se dieran. 

4 No soy un cuerpo. 5 Soy libre. 6 Pues aún soy tal como Dios me creó.

205 LECCIÓN


No soy un cuerpo. Soy libre. 
Pues aún soy tal como Dios me creó. 
1. (185) Deseo la Paz de Dios. 

2 La Paz de Dios es lo único que quiero. 

3 La Paz de Dios es mi única meta, la mira de todo mi vivir aquí, el fin que persigo, mi propósito, mi función y mi vida mientras habite en un lugar que no es mi hogar. 

4 No soy un cuerpo. 5 Soy libre. 6 Pues aún soy tal como Dios me creó.

miércoles, 22 de julio de 2020

204 LECCIÓN

No soy un cuerpo. Soy libre. 
Pues aún soy tal como Dios me creó. 

1. (184) El Nombre de Dios es mi herencia. 

2 El Nombre de Dios me recuerda que yo soy Su Hijo; que no soy esclavo del tiempo; que no estoy sujeto a las leyes que gobiernan el mundo de las ilusiones enfermizas y que soy libre en Dios y eternamente uno con Él. 

3 No soy un cuerpo. 4 Soy libre. 5 Pues aún soy tal como Dios me creó.

Soy alma y Espiritu en Dios, mi Padre. Amén.

martes, 21 de julio de 2020

203 LECCIÓN


No soy un cuerpo. Soy libre. 
Pues aún soy tal como Dios me creó. 

1. (183) Invoco el Nombre de Dios y el Mío Propio. 

2 El Nombre de Dios es mi liberación de todo pensamiento de maldad y de pecado porque es mi Nombre, así como el de Él. 

3 No soy un cuerpo. 4 Soy libre. 5 Pues aún soy tal como Dios me creó.

lunes, 20 de julio de 2020

202 LECCIÓN


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó. 

1. (182) Permaneceré muy quedo por un instante e iré a mi hogar. 

2 ¿Por qué habría de elegir quedarme un solo instante más donde no me corresponde estar, cuando Dios Mismo me ha dado Su Voz, la cual me exhorta a retornar a mi hogar? 

3 No soy un cuerpo. 4 Soy libre. 5 Pues aún soy tal como Dios me creó.

domingo, 19 de julio de 2020

201 LECCIÓN


No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó. 
1. (181) Confío en mis hermanos, que son uno conmigo. 

2 No hay nadie que no sea mi hermano. 3 He sido bendecido con la unicidad de la que gozo con el universo y con Dios mi Padre, el único Creador de la totalidad que es mi Ser, eternamente uno conmigo. 

4 No soy un cuerpo. 5 Soy libre. 6 Pues aún soy tal como Dios me cr

Sexto Repaso

 Introducción 
1. Para este repaso utilizaremos sólo una idea por día y la practicaremos tan a menudo como nos sea posible. 2 Además del tiempo que le dediques mañana y noche, que no debería ser menos de quince minutos cada vez, y de los recordatorios que has de realizar cada hora durante el transcurso del día, usa la idea tan a menudo como puedas entre estos recordatorios. 3 Cada una de estas ideas por sí sola podría salvarte si verdaderamente la aprendieras. 4 Cada una de ellas sería suficiente para liberaros a ti y al mundo de cualquier clase de cautiverio e invitar de nuevo el recuerdo de Dios. 

2. Con esto en mente, demos comienzo a nuestras prácticas, en las que repasaremos detenidamente los pensamientos con los que el Espíritu Santo nos ha bendecido en nuestras últimas veinte lecciones. 2 Cada uno de ellos encierra dentro de sí el programa de estudios en su totalidad si se entiende, practica, acepta y aplica a todo cuanto parece acontecer a lo largo del día. 3 Uno solo de ellos bastaría. 4 Mas no se debe excluir nada de ese pensamiento. 5 Necesitamos, por lo tanto, usarlos todos y dejar que se vuelvan uno solo, ya que cada uno de ellos contribuye a la suma total de lo que queremos aprender. 

3. Al igual que nuestro último repaso, estas sesiones de práctica giran alrededor de un tema central con el que comenzamos y concluimos cada lección. 2 El tema para el presente repaso es el siguiente: 3 No soy un cuerpo. 4 Soy libre. 5 Pues aún soy tal como Dios me creó. 6 El día comienza y concluye con esto. 7 Y lo repetiremos asimismo cada vez que el reloj marque la hora o siempre que nos acordemos, entre una hora y otra, que tenemos una función que transciende el mundo que vemos. 8 Aparte de esto y de la repetición del pensamiento que nos corresponda practicar cada día, no se requiere ningún otro tipo de ejercicio, excepto un profundo abandono de todo aquello que abarrota la mente y la hace sorda a la razón, a la cordura y a la simple verdad. 

4. Lo que nos proponemos en este repaso es ir más allá de todas las palabras y de las diferentes maneras de practicar. 2 Pues lo que estamos intentando esta vez es ir más deprisa por una senda más corta que nos conduce a la serenidad y a la Paz de Dios. 3 Sencillamente cerramos los ojos y nos olvidamos de todo lo que habíamos creído saber y entender. 4 Pues así es como nos liberamos de todo lo que ni sabíamos ni pudimos entender. 

5. Hay una sola excepción a esta falta de estructura. 2 No dejes pasar un solo pensamiento trivial sin confrontarlo. 3 Si adviertes alguno, niega su dominio sobre ti y apresúrate a asegurarle a tu mente que no es eso lo que quiere. 4 Luego descarta tranquilamente el pensamiento que negaste y de inmediato y sin titubear substitúyelo por la idea con la que estés practicando ese día. 

6. Cuando la tentación te asedie, apresúrate a proclamar que ya no eres su presa, diciendo: 2 No quiero este pensamiento. 3 El que quiero es _____. 4 Y entonces repite la idea del día y deja que ocupe el lugar de lo que habías pensado. 5 Además de estas aplicaciones especiales de la idea diaria, sólo añadiremos unas cuantas expresiones formales o pensamientos específicos para que te ayuden con tu práctica. 6 Por lo demás, le entregamos estos momentos de quietud al Maestro que nos enseña en silencio, nos habla de paz e imparte a nuestros pensamientos todo el significado que puedan tener jamás. 

7. A Él le ofrezco este repaso por ti. 2 Te pongo en Sus manos, y dejo que Él te enseñe qué hacer, qué decir y qué pensar cada vez que recurres a Él. 3 Él estará a tu disposición siempre que acudas a Él en busca de ayuda. 4 Ofrezcámosle este repaso que ahora comenzamos y no nos olvidemos de a Quien le fue entregado, según practicamos día tras día, avanzando hacia el objetivo que Él fijó para nosotros, dejando que nos enseñe cómo proceder y confiando plenamente en Él para que nos indique la forma en que cada sesión de práctica puede convertirse en un amoroso regalo de libertad para el mundo. 

sábado, 18 de julio de 2020

200 LECCIÓN

No hay más paz que la de Dios. 
1. Deja de buscar. 2 No hallarás otra paz que la de Dios. 3 Acepta este hecho y te evitarás la agonía de sufrir aún más amargos desengaños o de verte invadido por una sombría desesperación y una gélida sensación de desesperanza y de duda. 4 Deja de buscar. 5 No hay nada más que puedas encontrar salvo la Paz de Dios, a no ser que lo que busques sea infelicidad y dolor. 

2. Éste es el punto final al que en última instancia todo el mundo tiene que llegar para dejar a un lado toda esperanza de hallar felicidad allí donde no la hay; de ser salvado por lo que tan sólo puede causar dolor; y de hacer paz del caos, dicha del dolor y Cielo del infierno. 2 No sigas tratando de ganar por medio de la pérdida ni de morir para vivir, 3 pues no estarás sino buscando la derrota. 

3. No obstante, con la misma facilidad puedes pedir amor, felicidad y vida eterna en una paz que no tiene fin. 2 Pide esto y sólo puedes ganar. 3 Pedir lo que ya tienes te lleva al éxito. 4 Pedir que lo que es falso sea verdadero sólo puede conducir al fracaso. 5 Perdónate a ti mismo tus vanas imaginaciones y no sigas buscando lo que no puedes encontrar. 6 Pues ¿qué podría ser más absurdo que buscar el infierno una y otra vez cuando no tienes más que abrir los ojos y mirar para darte cuenta de que el Cielo se encuentra ante ti, allende el umbral de una puerta que se abre fácilmente dándote la bienvenida? 

4. Regresa a casa. 2 Jamás encontraste felicidad en lugares extraños ni en formas que te son ajenas y que no tienen ningún significado para ti, si bien trataste de hacer que lo tuvieran. 3 No perteneces a este mundo. 4 Aquí eres un extraño. 5 Pero te ha sido dado encontrar los medios por los que el mundo deja de parecer una prisión o una cárcel para nadie. 

5. Se te concede la libertad allí donde no veías más que cadenas y puertas de hierro. 2 Mas si quieres hallar escapatoria tienes que cambiar de parecer con respecto al propósito del mundo. 3 Permanecerás encadenado hasta que veas el mundo como un lugar bendito y liberes de tus errores a cada hermano y lo honres tal como es. 4 Tú no lo creaste ni tampoco te creaste a ti mismo. 5 Y al liberar a uno, el otro es aceptado tal como es. 

6. ¿Qué función tiene el perdón? 2 En realidad no tiene ninguna ni hace nada, 3 pues en el Cielo se le desconoce. 4 Es sólo en el infierno donde se le necesita y donde tiene una formidable función que desempeñar. 5 ¿No es acaso un propósito loable ayudar al bienamado Hijo de Dios a escapar de los sueños de maldad, que aunque son sólo fabricaciones suyas, él cree que son reales? 6 ¿Quién podría aspirar a más mientras parezca que hay que elegir entre el éxito y el fracaso, entre el amor y el miedo? 

7. No hay más paz que la de Dios porque Él tiene un solo Hijo, que no puede construir un mundo en oposición a la Voluntad de su Padre o a la suya propia, la cual es la misma que la de Él. 2 ¿Qué podría esperar encontrar en semejante mundo? 3 No puede ser real, ya que nunca fue creado. 4 ¿Es acaso ahí adonde iría en busca de paz? 5 ¿O bien tiene que darse cuenta de que tal como él ve el mundo, éste sólo puede engañar? 6 Puede aprender, no obstante, a verlo de otra manera y encontrar la Paz de Dios. 

8. La paz es el puente que todos habrán de cruzar para dejar atrás este mundo. 2 Mas se empieza a tener paz en él cuando se percibe de otra manera, y esta nueva percepción nos conduce hasta las puertas del Cielo y al camino que yace tras ellas. 3 La paz es la respuesta a las metas conflictivas, a las jornadas insensatas, a las búsquedas vanas y frenéticas y a los empeños sin sentido. 4 Ahora el camino es fácil, y nos conduce por una ligera pendiente hasta el puente donde la libertad yace dentro de la Paz de Dios. 

9. No volvamos a perder el rumbo hoy. 2 Nos dirigimos al Cielo y el camino es recto. 3 Sólo si procuramos desviarnos podemos retrasarnos y perder el tiempo innecesariamente por escabrosas veredas. 4 Dios es lo único seguro que existe y Él guiará nuestros pasos. 5 No abandonará a Su Hijo en la necesidad ni permitirá que se aleje para siempre de su hogar. 6 El Padre llama; el Hijo Le oirá. 7 Y eso es todo lo que hay con respecto a lo que parece ser un mundo separado de Dios, en el que los cuerpos son reales. 

10. Ahora reina el silencio. 2 Deja de buscar. 3 Has llegado allí donde el camino está alfombrado con las hojas de los falsos deseos que antes anhelabas, caídas ahora de los árboles de la desesperanza. 4 Ahora se encuentran bajo tus pies. 5 Y levantas la mirada y contemplas al Cielo con los ojos del cuerpo, que ahora sólo te van a servir por un instante más. 6 Por fin la paz ha sido reconocida, y puedes sentir cómo su tierno abrazo envuelve tu corazón y tu mente con consuelo y amor. 

11. Hoy no buscamos ídolos. 2 La paz no se puede encontrar en ellos. 3 La Paz de Dios es nuestra y no vamos a aceptar o querer nada más. 4 ¡Que la paz sea con nosotros hoy! 5 Pues hemos encontrado una manera sencilla y grata de abandonar el mundo de la ambigüedad y de reemplazar nuestros objetivos cambiantes por un solo propósito y nuestros sueños solitarios por compañerismo. 6 Pues la paz es unión, si procede de Dios. 7 Hemos abandonado toda búsqueda. 8 Nos encontramos muy cerca de nuestro hogar y nos acercamos aún más a él cada vez que decimos: 9 No hay más paz que la de Dios, y estoy contento y agradecido de que así sea.

viernes, 17 de julio de 2020

199 LECCIÓN

No soy un cuerpo. Soy libre. 
1. No podrás ser libre mientras te percibas a ti mismo como un cuerpo. 2 El cuerpo constituye una limitación. 3 El que busca su libertad en un cuerpo, la busca donde no se puede hallar. 4 La mente se puede liberar cuando deja de verse a sí misma como contenida dentro de un cuerpo, firmemente atada a él y amparada por su presencia. 5 Si esto fuese cierto, la mente sería en verdad vulnerable. 

2. La mente que está al servicio del Espíritu Santo es por siempre ilimitada y desde cualquier punto de vista; transciende las leyes del tiempo y del espacio, está libre de ideas preconcebidas y dispone de la fortaleza y del poder necesarios para hacer todo lo que se le pida. 2 Los pensamientos de ataque no pueden infiltrarse en una mente así, toda vez que ha sido entregada a la Fuente del Amor, y el miedo no puede hacer acto de presencia en una mente que se ha unido a Ésta. 3 Dicha mente descansa en Dios. 4 ¿Y quién que viva en la Inocencia sin hacer otra cosa que amar podría tener miedo? 

3. Es esencial para tu progreso en este curso que aceptes la idea de hoy y que la tengas en gran estima. 2 No te preocupes si al ego le parece completamente descabellada. 3 El ego tiene en gran estima al cuerpo porque mora en él, y no puede sino vivir unido al hogar que ha construido. 4 El cuerpo es parte de la ilusión que ha ayudado a mantener oculto el hecho de que él mismo es algo ilusorio. 

4. Ahí se esconde y ahí se le puede ver como lo que es. 2 Declara tu inocencia y te liberas. 3 El cuerpo desaparece al no tener tú ninguna necesidad de él, excepto la que el Espíritu Santo ve en él. 4 A tal fin, el cuerpo se percibirá como una forma útil para lo que la mente tiene que hacer. 5 De este modo se convierte en un vehículo de ayuda para que el perdón se extienda hasta la meta todo abarcadora que debe alcanzar, de acuerdo con el plan de Dios. 

5. Valora la idea de hoy y ponla en práctica hoy y cada día. 2 Haz que pase a formar parte de cada sesión de práctica que realices. 3 No hay pensamiento cuyo poder de ayudar al mundo no aumente con esta idea ni ninguno que de esta manera no adquiera regalos adicionales para ti. 4 Con esta idea hacemos resonar la llamada a la liberación por todo el mundo. 5 ¿Y estarías acaso tú excluido de los regalos que haces? 

6. El Espíritu Santo es el hogar de las mentes que buscan la libertad. 2 En Él han encontrado lo que andaban buscando. 3 El propósito del cuerpo deja de ser ahora ambiguo. 4 Y su capacidad de servir un objetivo indiviso se vuelve perfecta. 5 Y en respuesta libre de conflicto e inequívoca a la mente que sólo tiene como objetivo el pensamiento de libertad, el cuerpo sirve su propósito y lo sirve perfectamente. 6 Sin el poder de esclavizar, se vuelve un digno servidor de la libertad que persigue la mente que mora en el Espíritu Santo. 

7. Sé libre hoy. 2 Y da el regalo de libertad a todos aquellos que todavía creen estar esclavizados en el interior de un cuerpo. 3 Sé libre, de modo que el Espíritu Santo se pueda valer de tu liberación de la esclavitud para dejar en libertad a los muchos que se perciben a sí mismos encadenados, indefensos y atemorizados. 4 Permite que el amor reemplace sus miedos a través de ti. 5 Acepta la salvación ahora y entrégale tu mente a Aquel que te exhorta a que Le hagas este regalo. 6 Pues Él quiere concederte perfecta libertad, perfecta dicha, así como una esperanza que alcanza su plena realización en Dios. 

8. Tú eres el Hijo de Dios. 2 Vives por siempre en la inmortalidad. 3 ¿No te gustaría que tu mente retornara a ese estado? 4 Si es así, practica entonces debidamente el pensamiento que el Espíritu Santo te da para este día. 5 En ese pensamiento tus hermanos y tú os alzáis liberados; el mundo es bendecido junto contigo; el Hijo de Dios no volverá a llorar y el Cielo te agradece el aumento de gozo que tu práctica le proporciona incluso a él. 6 Dios Mismo extiende Su Amor y felicidad cada vez que dices: 7 No soy un cuerpo. 8 Soy libre. 9 Oigo la Voz que Dios me ha dado, que es la única que mi mente obedece. 

jueves, 16 de julio de 2020

198 LECCIÓN

Sólo mi propia condenación me hace daño. 
1. El daño es imposible. 2 Las ilusiones, no obstante, forjan ilusiones. 3 Si puedes condenar, se te puede hacer daño. 4 Pues habrás creído que puedes hacer daño, y el derecho que te prescribes puede ahora usarse contra ti, hasta que renuncies a él por ser algo sin valor, indeseable e irreal. 5 La ilusión dejará entonces de tener efectos, y aquellos que parecía tener quedarán anulados. 6 Entonces serás libre, pues la libertad es tu regalo y ahora puedes recibir el regalo que diste. 

2. Condena y te vuelves un prisionero. 2 Perdona y te liberas. 3 Ésta es la ley que rige a la percepción. 4 No es una ley que el conocimiento entienda, pues la libertad es parte de él. 5 Por lo tanto, condenar es en realidad imposible. 6 Lo que parece ser su influencia y sus efectos nunca tuvieron lugar. 7 No obstante, tenemos que lidiar con ellos por un tiempo como si en realidad hubiesen tenido lugar. 8 Las ilusiones forjan ilusiones. 9 Excepto una. 10 Pues el perdón es la ilusión que constituye la respuesta a todas las ilusiones. 

3. El perdón desvanece todos los demás sueños, y aunque en sí es un sueño, no da lugar a más sueños. 2 Todas las ilusiones, salvo ésta, no pueden sino multiplicarse de mil en mil. 3 Pero con ésta, a todas las demás les llega su fin. 4 El perdón representa el fin de todos los sueños porque es el sueño del despertar. 5 No es en sí la verdad. 6 No obstante, apunta hacia donde ésta se encuentra y nos guía con la certeza de Dios Mismo. 7 Es un sueño en el que el Hijo de Dios despierta a su Ser y a su Padre, sabiendo que Ambos son Uno. 

4. El perdón es el único camino que conduce más allá del desastre, del sufrimiento y, finalmente, de la muerte. 2 ¿Cómo podría haber otro camino cuando éste es el plan de Dios Mismo? 3 ¿Y por qué ibas a querer oponerte a él, combatirlo, hallarle mil faltas y buscar mil otras alternativas? 

5. ¿No sería más sabio alegrarte de tener en tus manos la respuesta a tus problemas? 2 ¿No sería más inteligente darle gracias a Aquel que te ofrece la salvación y aceptar Su regalo con gratitud? 3 ¿Y no sería muestra de bondad para contigo mismo oír Su Voz y aprender las sencillas lecciones que Él desea enseñarte en lugar de tratar de ignorar Sus palabras y substituirlas por las tuyas? 

6. Sus palabras darán resultado. 2 Sus palabras salvarán. 3 En Sus palabras yace toda la esperanza, bendición y dicha que se pueda alguna vez encontrar en esta tierra. 4 Sus palabras proceden de Dios y te llegan con el amor del Cielo impreso en ellas. 5 Los que oyen Sus palabras han oído el himno del Cielo. 6 Pues éstas son las palabras en las que todas las demás finalmente se funden en una sola. 7 Y al desaparecer ésta, la Palabra de Dios viene a ocupar su lugar, pues entonces será recordada y amada. 

7. Este mundo parece tener muchos escondrijos donde la piedad no tiene sentido y el ataque parece estar justificado. 2 Mas todos son uno: un lugar donde la muerte es la ofrenda que se le hace al Hijo de Dios así como a su Padre. 3 Tal vez pienses que Ellos la han aceptado. 4 Mas si miras de nuevo allí donde antes contemplaste Su sangre, percibirás en su lugar un milagro. 5 ¡Qué absurdo creer que Ellos podían morir! 6 ¡Qué absurdo creer que podías atacar! 7 ¡Qué locura pensar que podías ser condenado y que el santo Hijo de Dios podía morir! 

8. La quietud de tu Ser permanece impasible y no se ve afectada por semejantes pensamientos ni se percata de ninguna condenación que pudiera requerir perdón. 2 Pues los sueños, sea cual fuere su clase, son algo ajeno y foráneo a la verdad. 3 ¿Y qué otra cosa, sino la verdad, podría contener un pensamiento que edifica un puente hasta ella misma para transportar las ilusiones al otro lado? 

9. Nuestras prácticas de hoy consisten en dejar que la libertad venga a establecer su morada en ti. 2 La verdad deposita estas palabras en tu mente para que puedas encontrar la llave de la luz y permitir que a la obscuridad le llegue su fin: 3 Sólo mi propia condenación me hace daño. 4 Sólo mi propio perdón me puede liberar. 5 No olvides hoy que toda forma de sufrimiento oculta algún pensamiento que niega el perdón. 6 Y que no puede haber ningún tipo de dolor que el perdón no pueda sanar. 

10. Acepta la única ilusión que proclama que en el Hijo de Dios no hay condenación y el Cielo será recordado instantáneamente, el mundo quedará olvidado junto con todas sus extrañas creencias, conforme la faz de Cristo aparezca por fin sin velo alguno en ese único sueño de perdón. 2 Éste es el regalo que el Espíritu Santo tiene para ti de parte de Dios tu Padre. 3 Deja que el día de hoy sea celebrado tanto en la tierra como en tu santo hogar. 4 Sé benévolo con ambos, a medida que perdones las ofensas de las que pensaste que eran culpables, y ve tu inocencia irradiando sobre ti desde la faz de Cristo. 

11. Ahora el silencio se extiende por todo el mundo. 2 Ahora hay quietud allí donde antes había un frenético flujo de pensamientos sin sentido. 3 Ahora una serena luz refulge sobre la faz de la tierra, que reposa tranquila en un dormir desprovisto de sueños. 4 Y ahora lo único que queda sobre ella es la Palabra de Dios. 5 Sólo eso puede percibirse por un instante más. 6 Luego, los símbolos pasarán al olvido, y todo lo que creíste haber hecho desaparecerá por completo de la mente que Dios reconoce para siempre como Su único Hijo. 

12. En él no hay condenación. 2 Es perfecto en su santidad. 3 No necesita pensamientos de misericordia. 4 ¿Qué regalos se le pueden hacer cuando todo es suyo? 5 ¿A quién podría ocurrírsele ofrecer perdón al Hijo de la Impecabilidad Misma, tan semejante a Aquel de Quien es Hijo, que contemplar al Hijo significa dejar de percibir y únicamente conocer al Padre? 6 En esta visión del Hijo, tan fugaz que ni siquiera un instante media entre este singular panorama y la intemporalidad misma, contemplas la visión de ti mismo y luego desapareces para siempre en Dios. 

13. Hoy nos aproximamos todavía más al final de todo lo que aún pretende interponerse entre esta visión y nuestra vista. 2 Nos sentimos dichosos de haber llegado tan lejos, y reconocemos que Aquel que nos trajo hasta aquí no nos abandonará ahora. 3 Pues nos quiere dar el don que Dios nos ha dado hoy por medio de Él. 4 Éste es el momento de tu liberación. 5 Ha llegado el momento. 6 Ha llegado hoy.

miércoles, 15 de julio de 2020

197 LECCIÓN

No puede ser sino mi propia gratitud la que me gano. 
1. He aquí el segundo paso que damos en el proceso de liberar a tu mente de la creencia en una fuerza externa enfrentada a la tuya. 2 Intentas ser amable y perdonar. 3 Pero si no recibes del exterior muestras de gratitud y las debidas gracias, tus intentos se convierten en ataques. 4 Aquel que recibe tus regalos los tiene que recibir con honor o, de lo contrario, se los quitas. 5 Y así, consideras que los dones de Dios son, en el mejor de los casos, préstamos y, en el peor, engaños que menoscaban tus defensas para garantizar que cuando Él dé Su golpe de gracia, éste sea mortal. 

2. ¡Con cuánta facilidad confunden a Dios con la culpa los que no saben lo que sus pensamientos pueden hacer! 2 Niega tu fortaleza, y la debilidad se vuelve la salvación para ti. 3 Considérate cautivo, y los barrotes se vuelven tu hogar. 4 Y no abandonarás la prisión ni reivindicarás tu fortaleza mientras no creas que la culpa y la salvación son la misma cosa y no percibas que la libertad y la salvación son una, con la fortaleza a su lado, para que las busques y las reivindiques, y para que sean halladas y reconocidas plenamente. 

3. El mundo no puede sino darte las gracias cuando lo liberas de tus ilusiones. 2 Mas tú debes darte las gracias a ti mismo también, pues la liberación del mundo es sólo el reflejo de la tuya propia. 3 Tu gratitud es todo lo que requieren tus regalos para convertirse en la ofrenda duradera de un corazón agradecido, liberado del infierno para siempre. 4 ¿Es esto lo que quieres impedir cuando decides reclamar los regalos que diste porque no se valoraron? 5 Eres tú quien debe valorarlos y dar las debidas gracias, pues eres tú quien los recibió. 

4. No importa si otro piensa que tus regalos no tienen ningún valor. 2 Hay una parte en su mente que se une a la tuya para darte las gracias. 3 No importa que tus regalos parezcan haberse desperdiciado y no haber servido de nada. 4 Se reciben allí donde se dan. 5 Mediante tu agradecimiento son aceptados universalmente y el Propio Corazón de Dios los reconoce con gratitud. 6 ¿Se los quitarías cuando Él los ha aceptado con tanto agradecimiento? 

5. Dios bendice cada regalo que le haces, y todo regalo se le hace a Él porque sólo te los puedes hacer a ti mismo. 2 Y lo que le pertenece a Dios no puede sino ser tuyo. 3 Pero mientras perdones sólo para volver a atacar, jamás te darás cuenta de que Sus regalos son seguros, eternos, inalterables e ilimitados; siempre dando de sí, extendiendo amor e incrementando tu júbilo. 

6. Quita los regalos que has hecho y pensarás que lo que se te ha dado a ti, se te ha quitado. 2 Mas si aprendes a dejar que el perdón desvanezca los pecados que crees ver fuera de ti, jamás podrás pensar que los regalos de Dios son sólo préstamos a corto plazo que Él te arrebatará a la hora de tu muerte. 3 Pues la muerte no tendrá entonces ningún significado para ti. 

7. Y con el fin de esta creencia, el miedo se acaba también para siempre. 2 Dale gracias a tu Ser por esto, pues Él sólo le está agradecido a Dios y se da las gracias a Sí Mismo por ti. 3 Cristo aún habrá de venir a todo aquel que vive, pues no hay nadie que no viva y no se mueva en Él. 4 Su Ser descansa seguro en Su Padre porque la Voluntad de Ambos es Una. 5 La gratitud que Ambos sienten por todo lo que han creado es infinita, pues la gratitud sigue siendo parte del amor. 

8. Gracias te sean dadas a ti, el santo Hijo de Dios, 2 pues tal como fuiste creado, albergas dentro de tu Ser todas las cosas. 3 Y aún eres tal como Dios te creó. 4 No puedes atenuar la luz de tu perfección. 5 En tu corazón se encuentra el Corazón de Dios Mismo. 6 Él te aprecia porque tú eres Él. 7 Eres digno de toda gratitud por razón de lo que eres. 

9. Da gracias según las recibes. 2 No abrigues ningún sentimiento de ingratitud hacia nadie que complete tu Ser. 3 Y nadie está excluido de ese Ser. 4 Da gracias por los incontables canales que extienden ese Ser. 5 Todo lo que haces se le da a Él. 6 Lo único que piensas son Sus Pensamientos, ya que compartes con Él los santos Pensamientos de Dios. 7 Gánate ahora la gratitud que te negaste al olvidar la función que Dios te dio. 8 Pero nunca pienses que Él ha dejado de darte las gracias a ti.

martes, 14 de julio de 2020

196 LECCIÓN


No es sino a mí mismo a quien crucifico. 
1. Cuando realmente hayas entendido esto, y lo mantengas firmemente en tu conciencia, ya no intentarás hacerte daño ni hacer de tu cuerpo un esclavo de la venganza. 2 No te atacarás a ti mismo y te darás cuenta de que atacar a otro es atacarte a ti mismo. 3 Te liberarás de la creencia demente de que al atacar a tu hermano, tú te salvas. 4 Y comprenderás que su seguridad es la tuya y que al sanar él, tú sanas también. 

2. Tal vez no entiendas en un principio cómo es posible que la misericordia, que es ilimitada y envuelve todas las cosas en su segura protección, pueda hallarse en la idea que hoy practicamos. 2 De hecho, esta idea puede parecerte como una señal de que es imposible eludir el castigo, ya que el ego, ante lo que considera una amenaza, no vacila en citar la verdad para salvaguardar sus mentiras. 3 No obstante, es incapaz de entender la verdad que usa de tal manera. 4 Mas tú puedes aprender a detectar estas insensatas maniobras y negar el significado que parecen tener. 

3. De esta manera, también le enseñas a tu mente que no eres un ego. 2 Pues las formas con las que el ego procura distorsionar la verdad ya no te seguirán engañando. 3 No creerás que eres un cuerpo que tiene que ser crucificado. 4 Y verás en la idea de hoy la luz de la resurrección, refulgiendo más allá de todos los pensamientos de crucifixión y muerte hasta los de liberación y vida. 

4. La idea de hoy es un paso que nos conduce desde el cautiverio al estado de perfecta libertad. 2 Demos este paso hoy, para poder recorrer rápidamente el camino que nos muestra la salvación, dando cada paso en la secuencia señalada, a medida que la mente se va desprendiendo de sus lastres uno por uno. 3 No necesitamos tiempo para esto, 4 sino únicamente estar dispuestos. 5 Pues lo que parece requerir cientos de años puede lograrse fácilmente—por la Gracia de Dios—en un solo instante. 

5. El pensamiento desesperante y deprimente de que puedes atacar a otros sin que ello te afecte a ti te ha clavado a la cruz. 2 Tal vez pensaste que era tu salvación. 3 Mas sólo representaba la creencia de que el temor a Dios era real. 4 ¿Y qué es esto sino el infierno? 5 ¿Y quién podría creer que su Padre es su enemigo mortal, que se encuentra separado de él y a la espera para destruir su vida y obliterarlo del universo sin que el miedo al infierno le encoja el corazón? 

6. Tal es la forma de locura en la que crees si aceptas el temible pensamiento de que puedes atacar a otro y tú quedar libre. 2 Hasta que esta forma de locura no cambie, no habrá esperanza alguna. 3 Hasta que no te des cuenta de que, al menos, ese temible pensamiento de que puedes atacar a otro y tú quedar libre tiene que ser completamente imposible, ¿cómo podrá haber escapatoria? 4 El temor a Dios es real para todo aquel que piensa que ese pensamiento es verdad. 5 Y no percibirá su insensatez, y ni siquiera se dará cuenta de que lo abriga, lo cual le permitiría cuestionarlo. 

7. Pero incluso para cuestionarlo, su forma tiene primero que cambiar lo suficiente como para que el miedo a las represalias disminuya y la responsabilidad vuelva en cierta medida a recaer sobre ti. 2 A partir de ahí podrás cuando menos considerar si quieres o no seguir adelante por ese doloroso sendero. 3 Pero mientras este cambio no tenga lugar, no podrás percibir que son únicamente tus pensamientos los que te hacen caer presa del miedo y que tu liberación depende de ti. 

8. Si hoy das este paso, los que siguen te resultarán más fáciles. 2 Desde ahí avanzaremos rápidamente, 3 pues una vez que entiendas que nada, salvo tus propios pensamientos, te puede hacer daño, el temor a Dios no podrá sino desaparecer. 4 No podrás seguir creyendo entonces que la causa del miedo se encuentra fuera de ti. 5 Y podrás acoger de nuevo a Dios—a Quien habías pensado desterrar—en la santa mente que Él nunca abandonó. 

9. El canto de la salvación puede ciertamente oírse en la idea que practicamos hoy. 2 Si es únicamente a ti mismo a quien crucificas, no le has hecho nada al mundo y, por lo tanto, no tienes que temer su venganza ni su persecución. 3 Tampoco es necesario que te escondas lleno de terror del miedo mortal a Dios que la proyección oculta tras de sí. 4 Lo que más pavor te da es tu salvación. 5 Eres fuerte, y es fortaleza lo que deseas. 6 Eres libre, y te regocijas de ello. 7 Has procurado ser débil y estar cautivo porque tenías miedo de tu fortaleza y de tu libertad. 8 Sin embargo, tu salvación radica en ellas. 

10. Hay un instante en que el terror parece apoderarse de tu mente de tal manera que no parece haber la más mínima esperanza de que puedas escapar. 2 Cuando te das cuenta, de una vez por todas, de que es a ti mismo a quien temes, la mente se percibe a sí misma dividida. 3 Esto se había mantenido oculto mientras creías que el ataque podía lanzarse fuera de ti y que éste podía devolvérsete desde afuera. 4 Parecía ser un enemigo externo al que tenías que temer. 5 Y de esta manera, un dios externo a ti se convirtió en tu enemigo mortal y en la fuente del miedo. 

11. Y ahora, por un instante, percibes dentro de ti a un asesino que ansía tu muerte y que está comprometido a maquinar castigos contra ti hasta el momento en que por fin pueda acabar contigo. 2 Sin embargo, es en ese mismo instante en el que llega la salvación. 3 Pues ya no tienes miedo de Dios. 4 Y, por consiguiente, puedes apelar a Él para que te salve de las ilusiones por medio de Su Amor, llamándolo Padre y llamándote a ti mismo Su Hijo. 5 Reza para que este instante llegue pronto, hoy mismo. 6 Aléjate del miedo y dirígete al amor. 

12. No hay un solo Pensamiento de Dios que no vaya contigo para ayudarte a alcanzar ese instante e ir más allá de él velozmente, con certeza y para siempre. 2 Cuando el temor a Dios desaparece, no queda obstáculo alguno entre la santa Paz de Dios y tú. 3 ¡Cuán benévola y misericordiosa es la idea que hoy practicamos! 4 Acógela gustosamente, como debieras, pues es tu liberación. 5 Es a ti a quien tu mente trata de crucificar. 6 Pero tu redención también procederá de ti.

viernes, 10 de julio de 2020

192 LECCIÓN

Tengo una función que Dios quiere que desempeñes. 
1. La santa Voluntad de tu Padre es que tú Lo completes y que tu Ser sea Su Hijo sagrado, por siempre puro como Él, creado por el Amor y en Él preservado, extendiendo Amor y creando en Su Nombre, por siempre Uno con Dios y con tu Ser. 2 Mas ¿qué sentido puede tener tal función en un mundo de envidia, odio y ataque? 2. Tienes, por lo tanto, una función en el mundo de acuerdo con sus propias normas. 

2 Pues ¿quién podría entender un lenguaje que está mucho más allá de lo que buenamente puede entender? 3 El perdón es tu función aquí. 4 No es algo que Dios haya creado, ya que es el medio por el que se puede des-hacer lo que no es verdad. 5 Pues ¿qué necesidad tiene el Cielo de perdón? 6 En la tierra, no obstante, tienes necesidad de los medios que te ayudan a abandonar las ilusiones. 7 La Creación aguarda tu regreso simplemente para ser reconocida, no para ser íntegra. 

3. Lo que la Creación es no puede ni siquiera concebirse en el mundo. 2 No tiene significado aquí. 3 El perdón es lo que más se Le asemeja aquí en la tierra. 4 Pues al haber nacido en el Cielo, carece de forma. 5 Dios, sin embargo, creó a Uno con el poder de traducir a formas lo que no tiene forma en absoluto. 6 Él es un hacedor de sueños, pero de una clase tan similar al acto de despertar que la luz del día ya refulge en ellos, y los ojos que ya empiezan a abrirse contemplan los felices panoramas que esos sueños les ofrecen. 

4. El perdón contempla dulcemente todas las cosas que son desconocidas en el Cielo, las ve desaparecer y deja al mundo como una pizarra limpia y sin marcas en la que la Palabra de Dios puede ahora reemplazar a los absurdos símbolos que antes estaban escritos allí. 2 El perdón es el medio por el que se supera el miedo a la muerte, pues ésta deja de ejercer su poderosa atracción y la culpa desaparece. 3 El perdón permite que el cuerpo sea percibido como lo que es: un simple recurso de enseñanza del que se prescinde cuando el aprendizaje haya terminado, pero que es incapaz de efectuar cambio alguno en el que aprende. 

5. Sin el cuerpo, la mente no puede cometer errores. 2 No puede pensar que va a morir o ser víctima de ataques despiadados. 3 La ira se ha vuelto imposible. a ¿Dónde está el terror ahora? 4 ¿Qué temores podrían aún acosar a los que se han desprendido de la fuente de todo ataque, el núcleo de la angustia y la sede del temor? 5 Sólo el perdón puede liberar a la mente de la idea de que el cuerpo es su hogar. 6 Sólo el perdón puede restituir paz que Dios dispuso para Su santo Hijo. 7 Sólo el perdón puede persuadir al Hijo para que contemple de nuevo su santidad. 

6. Una vez que la ira haya desaparecido, podrás percibir que a cambio de la visión de Cristo y del don de ver no se te pidió sacrificio alguno y que lo único que ocurrió fue que una mente enferma y atormentada se liberó de su dolor. 2 ¿Es esto indeseable? 3 ¿Es algo a lo que hay que tenerle miedo? 4 ¿O bien es algo que se debe anhelar, recibir con gratitud y aceptar jubilosamente? 5 Somos uno, por lo tanto, no renunciamos a nada. 6 Y Dios ciertamente nos ha dado todo. 

7. No obstante, necesitamos el perdón para percibir que esto es así. 2 Sin su benévola luz, andamos a tientas en la obscuridad usando la razón únicamente para justificar nuestra furia y nuestros ataques. 3 Nuestro entendimiento es tan limitado que aquello que creemos comprender no es más que confusión nacida del error. 4 Nos encontramos perdidos en las brumas de sueños cambiantes y pensamientos temibles, con los ojos herméticamente cerrados para no ver la luz y las mentes ocupadas en rendir culto a lo que no está ahí. 

8. ¿Quién puede nacer de nuevo en Cristo sino aquel que ha perdonado a todo el que ve o a aquellos en los que piensa o se imagina? 2 ¿Quién que mantenga a otro prisionero puede ser liberado? 3 Un carcelero no puede ser libre, pues se encuentra atado al que tiene preso. 4 Tiene que asegurarse de que no escape, y así, pasa su tiempo vigilándolo. 5 Y los barrotes que mantienen cautivo al preso se convierten en el mundo en el que su carcelero vive allí con él. 6 Sin embargo, de la liberación del preso depende que el camino de la libertad quede despejado para los dos. 

9. Por lo tanto, no mantengas a nadie prisionero. 2 Libera en vez de aprisionar, pues de esa manera te liberas tú. 3 Los pasos a seguir son muy sencillos. 4 Cada vez que sientas una punzada de cólera, reconoce que sostienes una espada sobre tu cabeza. 5 Y ésta te atravesará o no, dependiendo de si eliges estar condenado o ser libre. 6 Así pues, todo aquel que aparentemente te tienta a volverte iracundo representa al que te ha de salvar de la prisión de la muerte. 7 Por lo tanto, debes estarle agradecido en lugar de querer infligirle dolor. 

10. Sé misericordioso hoy. 2 El Hijo de Dios es digno de tu misericordia. 3 Él es quien te pide que aceptes ahora el camino de la libertad. 4 No te niegues a ello. 5 El Amor que su Padre le profesa te lo profesa a ti también. 6 Tu única función aquí en la tierra es perdonarlo, para que puedas volver a aceptarlo como tu Identidad. 7 Él es tal como Dios lo creó. 8 Y tú eres lo que él es. 9 Perdónale ahora sus pecados y verás que eres uno con él

jueves, 9 de julio de 2020

191 LECCIÓN


Soy el santo Hijo de Dios Mismo. 
1. He aquí la declaración de tu liberación de las cadenas del mundo. 2 Y he aquí asimismo la liberación del mundo entero. 3 No te das cuenta de lo que has hecho al asignar al mundo el papel de carcelero del Hijo de Dios. 4 ¿Qué podría ser entonces sino un mundo depravado y temeroso, amedrentado por las sombras, vengativo y salvaje, desprovisto de razón, ciego y enajenado por el odio? 

2. ¿Qué has hecho para que ése sea tu mundo? 2 ¿Qué has hecho para que sea eso lo que ves? 3 Niega tu Identidad y ése es el resultado. 4 Contemplas el caos y proclamas que eso es lo que eres. 5 No ves nada que no dé testimonio de ello. 6 No hay sonido que no te hable de la flaqueza que hay dentro y fuera de ti; ni aliento que respires que no parezca acercarte más a la muerte; ni esperanza que alientes que no haya de acabar en llanto. 

3. Niega tu verdadera identidad y no podrás escaparte de la locura que provocó este extraño, antinatural y fantasmal pensamiento que se burla de la Creación y se ríe de Dios. 2 Niega tu verdadera identidad y te enfrentas al universo solo, sin ningún amigo, como una diminuta mota de polvo contra legiones de enemigos. 3 Niega tu verdadera identidad y contemplarás la maldad, el pecado y la muerte; y verás la desesperanza arrebatarte de las manos todo vestigio de esperanza, dejándote solamente con ansias de morir. 

4. Sin embargo, ¿qué podría ser esto sino un juego en el que puedes negar tu Identidad? 2 Eres tal como Dios te creó. 3 Creer cualquier otra cosa es absurdo. 4 Con este solo pensamiento todo el mundo se libera. 5 Con esta sola verdad desaparecen todas las ilusiones. 6 Con este solo hecho se proclama que la impecabilidad es eternamente parte integral de todo, el núcleo central de su existencia y la garantía de su inmortalidad. 

5. Deja que la idea de hoy encuentre un lugar entre tus pensamientos, y te habrás elevado muy por encima del mundo, así como por encima de todos los pensamientos mundanos que lo mantienen prisionero. 2 Y desde este lugar de seguridad y escape retornarás a él y lo liberarás. 3 Pues aquel que puede aceptar su verdadera identidad realmente se salva. 4 Y su salvación es el regalo que les hace a todos como muestra de gratitud hacia Aquel que le mostró el camino a la felicidad que cambió toda su perspectiva acerca del mundo. 

6. Basta con un solo pensamiento santo como éste y te liberas: eres el santo Hijo de Dios Mismo. 2 Y con este pensamiento santo comprendes asimismo que has liberado al mundo. 3 No tienes necesidad de usarlo cruelmente, y luego percibir esa misma necesidad feroz en él. 4 Lo liberas de tu aprisionamiento. 5 No verás una imagen devastadora de ti mismo vagando por el mundo llena de terror mientras éste se retuerce en agonía porque tus miedos han dejado impreso en su corazón el sello de la muerte. 

7. Alégrate hoy de cuán fácilmente se des-hace el infierno. 2 No necesitas más que decirte a ti mismo: 3 Soy el santo Hijo de Dios Mismo. 4 No puedo sufrir ni sentir dolor; no puedo sufrir pérdidas ni dejar de hacer todo lo que la salvación me pida. 5 Y con ese pensamiento todo lo que contemples cambiará por completo. 

8. Un milagro ha iluminado todas las lúgubres y viejas cavernas en las que los ritos de la muerte reverberaban desde los orígenes del tiempo, 2 pues éste ya no tiene dominio sobre el mundo. 3 El Hijo de Dios ha venido lleno de gloria a redimir a los que estaban perdidos, a salvar a los desvalidos y a darle al mundo el regalo de su perdón. 4 ¿Quién podría ver el mundo como un lugar siniestro y pecaminoso cuando el Hijo de Dios por fin ha venido nuevamente para liberarlo? 

9. Tú que te percibes a ti mismo como débil y frágil, lleno de vanas esperanzas y de anhelos frustrados; nacido sólo para morir, llorar y padecer, escucha esto: se te ha dado todo poder en la tierra y en el Cielo. 2 No hay nada que no puedas hacer. 3 Estás jugando al juego de la muerte, al de ser impotente, al de estar lamentablemente encadenado a la disolución en un mundo que no tiene misericordia contigo. 4 No obstante, cuando tengas misericordia con él, su misericordia resplandecerá sobre ti. 

10. Deja entonces que el Hijo de Dios despierte de su sueño y, que al abrir sus ojos santos, regrese para bendecir el mundo que él mismo fabricó. 2 Ese mundo dio comienzo como resultado de un error, pero acabará en el reflejo de la santidad del Hijo de Dios. 3 Y éste dejará de dormir y de soñar con la muerte. 4 Únete a mí hoy. 5 Tu gloria es la luz que salva al mundo. 6 No sigas negándote a conceder la salvación. 7 Contempla el mundo que te rodea y observa el sufrimiento que se abate sobre él. 8 ¿No está acaso tu corazón dispuesto a llevar descanso a tus fatigados hermanos? 

11. Ellos tienen que esperar hasta que tú te liberes. 2 Permanecen encadenados hasta que tú seas libre. 3 No pueden ver la misericordia del mundo hasta que tú la encuentres en ti mismo. 4 Sufren hasta que tú niegues que el dolor te atenaza. 5 Mueren hasta que tú aceptes tu propia vida eterna. 6 Eres el santo Hijo de Dios Mismo. 7 Recuerda esto y el mundo entero se libera. 8 Recuerda esto y la tierra y el Cielo son uno.

miércoles, 8 de julio de 2020

190 LECCIÓN


Elijo el Júbilo de Dios en lugar del dolor
1. El dolor es una perspectiva errónea. 2 Cuando se experimenta en cualquier forma que sea, es señal de que nos hemos engañado a nosotros mismos. 3 El dolor no es un hecho en absoluto. 4 Sea cual sea la forma que adopte, desaparece una vez que se percibe correctamente. 5 Pues el dolor proclama que Dios es cruel. 6 ¿Cómo podría entonces ser real en cualquiera de las formas que adopta? 7 El dolor da testimonio del odio que Dios el Padre le tiene a Su Hijo, de la pecaminosidad que ve en él y de Su demente deseo de venganza y de muerte. 

2. ¿Es posible acaso dar fe de semejantes proyecciones? 2 ¿Qué podrían ser sino falsedades? 3 El dolor no es sino un testigo de los errores del Hijo con respecto a lo que él cree ser. 4 Es un sueño de una encarnizada represalia por un crimen que no pudo haberse cometido; por un ataque contra lo que es completamente inexpugnable. 5 Es una pesadilla de que hemos sido abandonados por el Amor Eterno, el Cual nunca habría podido abandonar al Hijo que creó como fruto de Su Amor. 

3. El dolor es señal de que las ilusiones reinan en lugar de la verdad. 2 Demuestra que Dios ha sido negado, confundido con el miedo, percibido como demente y considerado como un traidor a Sí Mismo. 3 Si Dios es real, el dolor no existe. 4 Mas si el dolor es real, entonces es Dios Quien no existe. 5 Pues la venganza no forma parte del amor. 6 Y el miedo, negando el amor y valiéndose del dolor para probar que Dios está muerto, ha demostrado que la muerte ha triunfado sobre la vida 7 y que el cuerpo es el Hijo de Dios, corruptible en la muerte y tan mortal como el Padre al que ha asesinado. 

4. ¡Que la paz ponga fin a semejantes necedades! 2 Ha llegado el momento de reírse de ideas tan absurdas. 3 No es necesario pensar en ellas como si fueran crímenes atroces o pecados secretos de graves consecuencias. 4 ¿Quién sino un loco podría pensar que son la causa de algo? 5 Su testigo, el dolor, es tan demente como ellas, y no se debe tener más miedo de él que de las dementes ilusiones a las que ampara y que trata de demostrar que tienen que seguir siendo necesariamente verdaderas. 

5. Son únicamente tus pensamientos los que te causan dolor. 2 Nada externo a tu mente puede herirte o hacerte daño en modo alguno. 3 No hay causa más allá de ti mismo que pueda abatirse sobre ti y oprimirte. 4 Nadie, excepto tú mismo, puede afectarte. 5 No hay nada en el mundo capaz de hacerte enfermar, de entristecerte o de debilitarte. 6 Eres tú el que tiene el poder de dominar todas las cosas que ves reconociendo simplemente lo que eres. 7 Conforme percibas su inocuidad, ellas aceptarán como suya tu santa voluntad. 8 Y lo que antes inspiraba miedo se convierte ahora en una fuente de inocencia y santidad. 

6. Santo hermano mío, piensa en esto por un momento: el mundo que ves no hace nada. 2 No tiene efectos. 3 No es otra cosa que la representación de tus pensamientos. 4 Y será completamente distinto cuando elijas cambiar de parecer y decidas que lo que realmente deseas es el Júbilo de Dios. 5 Tu Ser se alza radiante en este santo júbilo, inalterado e inalterable por siempre y para siempre. 6 ¿Le negarías a un pequeño rincón de tu mente su propia herencia, conservándolo como hospital para el dolor, como un lugar enfermizo a donde todo ser vivo tiene que venir finalmente a morir? 

7. Tal vez parezca que el mundo te causa dolor. 2 Sin embargo, al no tener causa, no tiene el poder de ser la causa de nada. 3 Al ser un efecto, no puede producir efectos. 4 Al ser una ilusión, es lo que tú deseas que sea. 5 Tus vanos deseos constituyen sus pesares. 6 Tus extraños anhelos dan lugar a sus sueños de maldad. 7 Tus pensamientos de muerte lo envuelven en el miedo, mientras que en tu benévolo perdón halla vida. 

8. El dolor es la forma en la que se manifiesta el pensamiento del mal, causando estragos en tu santa mente. 2 El dolor es el rescate que gustosamente has pagado para no ser libre. 3 En el dolor se le niega a Dios el Hijo que Él ama. 4 En el dolor el miedo parece triunfar sobre el amor y el tiempo reemplazar a la eternidad y al Cielo. 5 Y el mundo se convierte en un lugar amargo y cruel, donde reina el pesar y donde los pequeños gozos sucumben ante la embestida del brutal dolor que está al acecho para trocar toda alegría en sufrimiento. 

9. Depón tus armas y ven sin ninguna defensa al sereno lugar donde por fin la paz del Cielo envuelve todas las cosas en la quietud. 2 Abandona todo pensamiento de miedo y de peligro. 3 No permitas que el ataque entre contigo. 4 Depón la cruel espada del juicio que esgrimes contra tu propio cuello y deja a un lado las devastadoras acometidas con las que procuras ocultar tu santidad. 

10. Así entenderás que el dolor no existe. 2 Así el Júbilo de Dios se vuelve tuyo. 3 Éste es el día en que te es dado comprender plenamente la lección que encierra dentro de sí todo el poder de la salvación: 4 el dolor es una ilusión; el júbilo es real. 5 El dolor es dormir; el júbilo, despertar. 6 El dolor es un engaño y sólo el júbilo es verdad. 

1. Por lo tanto, volvemos nuevamente a optar por la única alternativa que se puede elegir, ya que sólo elegimos entre las ilusiones y la verdad, entre el dolor y el júbilo, entre el infierno y el Cielo. 2 Que la gratitud hacia nuestro Maestro inunde nuestros corazones, pues somos libres de elegir nuestro júbilo en vez de dolor, nuestra santidad en vez de pecado, la Paz de Dios en vez de conflicto y la luz del Cielo en lugar de las tinieblas del mundo.

martes, 7 de julio de 2020

189 LECCIÓN

Siento el Amor de Dios dentro de mí ahora. 
1. Hay una luz en ti que el mundo no puede percibir. 2 Y con sus ojos no la podrás ver, pues estás cegado por él. 3 No obstante, tienes ojos con los que poder verla. 4 Está ahí para que la contemples. 5 No se puso en ti para que se mantuviese oculta de tu vista. 6 Esta luz es un reflejo del pensamiento con el que ahora vamos a practicar. 7 Sentir el Amor de Dios dentro de ti es ver el mundo renovado, radiante de inocencia, lleno de esperanza y bendecido con perfecta caridad y amor. 

2. ¿Quién podría sentir temor en un mundo así? 2 Dicho mundo te da la bienvenida, se regocija de que hayas venido y te canta alabanzas mientras te mantiene a salvo de cualquier peligro o dolor. 3 Te ofrece un hogar cálido y tranquilo en el que permanecer por un tiempo. 4 Te bendice a lo largo del día y te cuida durante la noche, cual silencioso guardián de tu sueño santo. 5 Ve en ti la salvación y protege la luz que mora en ti, en la que ve la suya propia. 6 Te ofrece sus flores y su nieve como muestra de agradecimiento por tu benevolencia. 

3. Éste es el mundo que el Amor de Dios revela. 2 Es tan diferente del mundo que ves a través de los enturbiados ojos de la malicia y del miedo, que uno desmiente al otro. 3 Sólo uno de ellos puede percibirse en absoluto. 4 El otro no tiene ningún significado. 5 A aquellos que ven surgir del ataque un mundo de odio listo para vengarse, asesinar y destruir, les resulta inconcebible la idea de un mundo en el que el perdón resplandece sobre todas las cosas y la paz ofrece su dulce luz a todo el mundo. 

4. Sin embargo, el mundo del odio es igualmente invisible e inconcebible para aquellos que sienten dentro de sí el Amor de Dios. 2 Su mundo refleja la quietud y la paz que refulge en ellos; la ternura y la inocencia que ven a su alrededor; la dicha con la que miran hacia fuera desde los inagotables manantiales de dicha en su interior. 3 Contemplan lo que han sentido dentro de sí, y ven su inequívoco reflejo por todas partes. 

5. ¿Cuál de esos dos mundos quieres ver? 2 La decisión es tuya. 3 Mas debes conocer la ley que rige toda visión y no dejar que tu mente la olvide: verás aquello que sientas en tu interior. 4 Si el odio encuentra acogida en tu corazón, percibirás un mundo temible, atenazado cruelmente por los huesudos dedos y las afiladas garras de la muerte. 5 Mas si sientes el Amor de Dios dentro de ti, contemplarás un mundo lleno de compasión y amor. 

6. Hoy pasamos de largo las ilusiones según intentamos llegar hasta Lo que es verdad en nosotros y sentir Su infinita ternura, Su Amor que sabe que somos tan perfectos como Él Mismo y Su visión, el don que Su Amor nos ofrece. 2 Hoy aprenderemos el camino, 3 el cual es tan seguro como el Amor al que nos conduce. 4 Pues Su sencillez nos protege de las trampas que las descabelladas complicaciones del aparente razonar del mundo tienen como propósito ocultar. 

7. Haz simplemente esto: permanece muy quedo y deja a un lado todos los pensamientos acerca de lo que eres y de lo que Dios es; todos los conceptos que hayas aprendido acerca del mundo; todas las imágenes que tienes acerca de ti mismo. 2 Vacía tu mente de todo lo que piensa que es verdadero o falso, bueno o malo; de todo pensamiento que considere digno, así como de todas las ideas de las que se siente avergonzada. 3 No conserves nada. 4 No traigas contigo ni un solo pensamiento que el pasado te haya enseñado ni ninguna creencia que hayas aprendido con anterioridad sobre cualquier cosa. 5 Olvídate de este mundo, olvídate de este curso, y con las manos completamente vacías, ven a tu Dios. 

8. ¿Acaso no es Él Quien sabe cómo llegar a ti? 2 Tú no necesitas saber cómo llegar a Él. 3 Tu papel consiste simplemente en permitir que todos los obstáculos que has interpuesto entre el Hijo y Dios el Padre sean eliminados silenciosamente para siempre. 4 Dios hará lo que le corresponde hacer en gozosa e inmediata respuesta. 5 Pide y recibirás. 6 Mas no vengas con exigencias ni Le señales el camino por donde debe aparecer ante ti. 7 La manera de llegar a Él es simplemente dejándole ser como es. 8 Pues de esa forma se proclama también tu realidad. 

9. Así pues, hoy no elegiremos el camino por el que vamos a Él. 2 Pero sí elegimos dejar que Él venga a nosotros. 3 Y con esta decisión descansamos. 4 Su Amor se abrirá paso por su cuenta en nuestros aquietados corazones y en nuestras mentes abiertas. 5 Es indudable que lo que no ha sido negado se encuentra ahí, si es que es verdad, y puede alcanzarse. 6 Dios conoce a Su Hijo y sabe cómo llegar a él. 7 No necesita que Su Hijo Le indique. 8 A través de cada puerta abierta Su Amor refulge desde Su hogar en tu fuero interno e ilumina al mundo con inocencia. 

Oración
10. Padre, no sabemos cómo llegar a Ti. 2 Pero Te hemos llamado y Tú nos has contestado. 3 No interferiremos. 4 Los caminos de la salvación no son nuestros, pues te pertenecen a Ti. 5 Y es a Ti a donde acudimos para encontrarlos. 6 Nuestras manos están abiertas para recibir Tus dones. 7 No tenemos ningún pensamiento que no pensemos Contigo ni abrigamos creencia alguna con respecto a lo que somos o a Quién nos creó. 8 Tuyo es el camino que queremos hallar y seguir. 9 Y sólo pedimos que Tu Voluntad, que también es la nuestra, se haga en nosotros y en el mundo para que éste pase a formar parte del Cielo. 10 Amén.

lunes, 6 de julio de 2020

188 LECCIÓN


La Paz de Dios refulge en mí ahora. 
1. ¿Por qué esperar a llegar al Cielo? 2 Los que buscan la luz están simplemente tapándose los ojos. 3 La luz ya está en ellos. 4 La iluminación es simplemente un reconocimiento, no un cambio. 5 La luz es algo ajeno al mundo, y tú en quien mora la luz eres asimismo un extraño aquí. 6 La luz vino contigo desde tu hogar natal y ha permanecido contigo porque es tuya. 7 Es lo único que trajiste contigo de Aquel que es tu Fuente. 8 Refulge en ti porque ilumina tu hogar y te conduce de vuelta al lugar de donde vino y donde finalmente estás en tu hogar. 

2. Esta luz no se puede perder. 2 ¿Por qué esperar a encontrarla en el futuro, o creer que se ha perdido o que nunca existió? 3 Es tan fácil verla que los argumentos que demuestran que no está ahí se vuelven irrisorios. 4 ¿Quién podría negar la presencia de lo que está en él mismo? 5 No es difícil mirar en nuestro interior, pues ahí nace toda visión. 6 Lo que se ve, ya sea en sueños o procedente de una Fuente más verdadera, no es más que una sombra de lo que se ve a través de la visión interior. 7 Ahí comienza la percepción y ahí termina. 8 No tiene otra fuente que ésta. 

3. La Paz de Dios refulge en ti ahora, y desde tu corazón se extiende por todo el mundo. 2 Se detiene a acariciar cada ser vivo, y le deja una bendición que ha de perdurar por siempre y para siempre. 3 Lo que da no puede sino ser eterno. 4 EIimina todo pensamiento de lo efímero y de lo que carece de valor. 5 Renueva todos los corazones fatigados e ilumina todo lo que ve según pasa de largo. 6 Todos sus dones se le dan a todo el mundo, y todo el mundo se une para darte las gracias a ti que das y a ti que has recibido. 

4. El resplandor de tu mente le recuerda al mundo lo que ha olvidado, y éste a su vez restituye esa memoria en ti. 2 Desde ti la salvación irradia dones inconmensurables, que se dan y se devuelven. 3 A ti que das el regalo, Dios Mismo te da las gracias. 4 Y la luz que refulge en ti se vuelve aún más brillante con Su bendición, sumándose así a los regalos que tienes para ofrecérselos al mundo. 

5. La Paz de Dios jamás se puede contener. 2 El que la reconoce dentro de sí tiene que darla. 3 Y los medios por los que puede hacerlo residen en su entendimiento. 4 Puede perdonar porque reconoció la verdad en él. 5 La Paz de Dios refulge en ti ahora, así como en todo ser vivo. 6 En la quietud, la Paz de Dios se reconoce universalmente, 7 pues lo que tu visión interna contempla es tu percepción del universo. 

6. Siéntate en silencio y cierra los ojos. 2 La luz en tu interior es suficiente. 3 Sólo ella puede concederte el don de la visión. 4 Ciérrate al mundo exterior y dales alas a tus pensamientos para que lleguen hasta la paz que yace dentro de ti. 5 Ellos conocen el camino. 6 Pues los pensamientos honestos, no mancillados por el sueño de cosas mundanas externas a ti, se convierten en los santos mensajeros de Dios Mismo. 

7. Éstos son los pensamientos que piensas con Él. 2 Ellos reconocen su hogar 3 y apuntan con certeza hacia su Fuente, donde Dios el Padre y el Hijo son Uno. 4 La Paz de Dios refulge sobre ellos, y no pueden sino permanecer contigo, pues nacieron en tu mente, tal como tu mente nació en la de Dios. 5 Te conducen de regreso a la paz, desde donde vinieron con el solo propósito de recordarte cómo regresar. 

8. Acatan la Voz de tu Padre cuando tú te niegas a escuchar. 2 Y te instan dulcemente a que aceptes Su Palabra acerca de lo que eres en lugar de fantasías y sombras. 3 Te recuerdan que eres el co-creador de todas las cosas que viven. 4 Así como la Paz de Dios refulge en ti, refulge también en ellas. 

9. El propósito de nuestras prácticas de hoy es acercarnos a la luz que mora en nosotros. 2 Tomamos rienda de nuestros pensamientos errantes y dulcemente los conducimos de regreso allí donde pueden armonizarse con los pensamientos que compartimos con Dios. 3 No vamos a permitir que sigan descarriados. 4 Dejaremos que la luz que mora en nuestras mentes los guíe de regreso a su hogar. 5 Los traicionamos al haberles ordenado que se apartasen de nosotros. 6 Pero ahora les pedimos que regresen y los purificamos de cualquier anhelo extraño o deseo confuso. 7 Y así, les restituimos la santidad que es su herencia. 

10. De esta forma, nuestras mentes quedan restauradas junto con ellos, y reconocemos que la Paz de Dios refulge todavía en nosotros y que desde nosotros se extiende hasta todos los seres vivos que comparten nuestra vida. 2 Los perdonamos a todos y absolvemos al mundo entero de lo que pensábamos que nos había hecho. 3 Pues somos nosotros quienes construimos el mundo como queremos que sea. 4 Ahora elegimos que sea inocente, libre de pecado y receptivo a la salvación. 5 Y sobre él vertemos nuestra bendición salvadora, según decimos: 
Oración
6 La Paz de Dios refulge en mí ahora. 7 Que todas las cosas refuljan sobre mí en esa paz y que yo las bendiga con la luz que mora en mí

domingo, 5 de julio de 2020

187 LECCIÓN

Bendigo al mundo porque me bendigo a mí mismo. 
1. Nadie puede dar lo que no tiene. 2 De hecho, dar es la prueba de que tiene. 3 Hemos hecho mención de esto anteriormente. 4 Mas no es eso lo que hace que sea difícil de creer. 5 Nadie duda de que primero se debe poseer lo que se quiere dar. 6 Es en la segunda parte de la afirmación donde el mundo y la percepción verdadera difieren. 7 Si has tenido y has dado, el mundo afirma que has perdido lo que poseías. 8 La verdad mantiene que dar incrementa lo que posees. 

2. ¿Cómo puede ser esto posible? 2 Pues es seguro que si das una cosa finita tus ojos físicos dejarán de percibirla como tuya. 3 No obstante, hemos aprendido que las cosas sólo representan los pensamientos que dan lugar a ellas. 4 Y no careces de pruebas de que cuando compartes tus ideas, las refuerzas en tu propia mente. 5 Tal vez la forma en que el pensamiento parece manifestarse cambie al darse. 6 No obstante, éste tiene que retornar al que lo da. 7 Y la forma que adopte no puede ser menos aceptable. 8 Tiene que ser más. 

3. Las ideas tienen primero que pertenecerte antes de que las puedas dar. 2 Y si has de salvar al mundo, tienes que primero aceptar la salvación para ti mismo. 3 Mas no creerás que ésta se ha consumado en ti hasta que no veas los milagros que les brinda a todos aquellos a quienes contemples. 4 Con esto, la idea de dar se clarifica y cobra significado. 5 Ahora puedes percibir que al dar, tu caudal aumenta. 

4. Protege todas las cosas que valoras dándolas, y así te asegurarás de no perderlas nunca. 2 De esta manera queda demostrado que lo que no creías tener te pertenece. 3 Mas no le atribuyas valor a su forma. 4 Pues ésta cambiará, y con el tiempo no será reconocible por mucho que trates de conservarla. 5 Ninguna forma perdura. 6 El pensamiento tras la forma de todo es lo que es inmutable. 

5. Da gustosamente, 2 pues con ello sólo puedes beneficiarte. 3 El pensamiento sigue vivo y su fuerza aumenta a medida que se refuerza al darse. 4 Los pensamientos se extienden al compartirse, pues no se pueden perder. 5 No hay un dador y un receptor en el sentido que el mundo los concibe. 6 Hay un dador que conserva lo que da, y otro que también dará. 7 Y ambos ganarán en este intercambio, pues cada uno dispondrá del pensamiento en la forma que le resulte más útil. 8 Lo que aparentemente pierde es siempre algo que valorará menos que aquello que con toda seguridad le será devuelto. 

6. Nunca olvides que sólo te das a ti mismo. 2 El que entiende el significado de dar, no puede por menos que reírse de la idea de sacrificio. 3 Tampoco puede dejar de reconocer las múltiples formas en que éste se puede manifestar. 4 Se ríe asimismo del dolor y de la pérdida, de la enfermedad y de la aflicción, de la pobreza, del hambre y de la muerte. 5 Reconoce que el sacrificio sigue siendo la única idea que yace tras todo esto, y con su dulce risa todo ello sana. 

7. Una vez que una ilusión se reconoce como tal, desaparece. 2 Niégate a aceptar el sufrimiento, y eliminarás el pensamiento de sufrimiento. 3 Cuando decides ver todo sufrimiento como lo que es, tu bendición desciende sobre todo aquel que sufre. 4 El pensamiento de sacrificio da lugar a todas las formas que el sufrimiento aparenta adoptar. 5 Mas el sacrificio es una idea tan demente que la cordura la descarta de inmediato. 

8. Nunca creas que puedes hacer sacrificio alguno. 2 No hay cabida para el sacrificio en lo que tiene valor. 3 Si surge tal pensamiento, su sola presencia demuestra que se ha cometido un error, el cual es necesario corregir. 4 Tu bendición lo corregirá. 5 Habiéndosete dado a ti primero, ahora es tuya para que a tu vez la des. 6 Ninguna forma de sacrificio o de sufrimiento puede prevalecer por mucho tiempo ante la faz de uno que se ha perdonado y bendecido a sí mismo. 

9. Las azucenas que tu hermano te ofrece se depositan ante tu altar, junto a las que tú le ofreces a él. 2 ¿Quién podría tener miedo de contemplar una santidad tan hermosa? 3 La gran ilusión del temor a Dios queda reducida a nada ante la pureza que aquí has de contemplar. 4 No tengas miedo de mirar. 5 La bendición que has de contemplar eliminará todo pensamiento relativo a la forma y, en su lugar, dejará allí para siempre el regalo perfecto, el cual aumentará eternamente, será eternamente tuyo y eternamente ofrecido. 

10. Ahora somos uno en pensamiento, pues el miedo ha desaparecido. 2 Y aquí, ante el Altar a un solo Dios, a un solo Padre, a un solo Creador y a un solo Pensamiento, nos alzamos juntos como el único Hijo de Dios. 3 Sin separarnos de Aquel que es nuestra Fuente, ni distanciándonos de los hermanos que forman parte de nuestro único Ser, Cuya inocencia nos ha unido a todos cual uno solo, nos alzamos en gloriosa bendición y damos tal como hemos recibido. 4 Tenemos el Nombre de Dios en nuestros labios. 5 Y cuando miramos en nuestro interior, vemos brillar la pureza del Cielo en nuestro reflejo del Amor de nuestro Padre. 

11. Ahora somos bendecidos y ahora bendecimos al mundo. 2 Queremos extender lo que hemos contemplado porque queremos verlo en todas partes. 3 Queremos verlo refulgir con la Gracia de Dios en todos nuestros hermanos. 4 No queremos que se le niegue a nada de lo que vemos. 5 Y para cerciorarnos de que esta santa visión es nuestra, se la ofrecemos a todo lo que vemos. 6 Pues allí donde la veamos, nos será devuelta en forma de azucenas que podremos depositar sobre nuestro altar, convirtiéndolo así en un hogar para la Inocencia Misma, la cual mora en nosotros y nos ofrece Su Santidad para que sea nuestra