domingo, 14 de junio de 2020

166 - LECCIÓN

 Se me han confiado los dones de Dios. 
9. Ahora tu miedo ancestral te ha salido al encuentro y por fin la justicia ha dado contigo. 2 Cristo ha puesto Su mano sobre tu hombro y ya no te sientes solo. 3 Piensas incluso que el miserable yo que creíste ser tal vez no sea tu verdadera identidad. 4 Tal vez la Palabra de Dios sea más cierta que la tuya. 5 Tal vez los dones que Él te ha dado son reales. 6 Tal vez tu plan de mantener a Su Hijo sepultado en el olvido y de seguir por el camino que elegiste recorrer separado de tu Ser no Lo ha engañado del todo.

10. La Voluntad de Dios no se opone a nada. 2 Simplemente es. 3 No es a Dios a Quien has aprisionado con tu plan de querer perder tu Ser. 4 Él no sabe nada de un plan tan ajeno a Su Voluntad. 5 Hubo una necesidad que Él no comprendió, y Él simplemente dio una Respuesta. 6 Eso es todo. 7 Y tú, a quien se le ha dado esa Respuesta, no tienes necesidad de nada más.

11. Ahora vivimos, pues ahora no podemos morir. 2 El deseo de morir recibió respuesta, y la mirada que contemplaba la muerte ha sido reemplazada por una visión que percibe que tú no eres lo que pretendes ser. 3 Uno que marcha a tu lado le ofrece a cada uno de tus temores esta piadosa respuesta: “Eso no es cierto”. 4 Cada vez que el pensamiento de pobreza te oprime, Él te recuerda todos los dones que posees, y cuando te percibes solo y atemorizado, te recuerda que Él siempre está a tu lado.

12. Y te recuerda también algo más que habías olvidado. 2 Pues al tocarte ha hecho que seas igual que Él. 3 Los dones que posees no son sólo para ti. 4 Ahora tienes que aprender a dar lo que Él vino a ofrecerte. 5 Ésta es la lección que está implícita en lo que Él da, pues Él te ha salvado de la soledad que quisiste forjar para ocultarte de Dios. 6 Te ha recordado todos los dones que Dios te concedió. 7 Te habla asimismo de aquello en lo que se ha de convertir tu voluntad cuando los aceptes y reconozcas que te pertenecen.

13. Los dones son tuyos, y se te han confiado para que se los des a todos aquellos que eligen recorrer el solitario camino del que tú te has escapado. 2 Ellos no entienden que lo único que están haciendo es ir en pos de sus deseos. 3 Ahora eres tú quien les tiene que enseñar. 4 Pues has aprendido de Cristo que hay otro camino que pueden recorrer. 5 Les enseñas esto al mostrarles la felicidad que sobreviene a los que han sentido el toque de Cristo y reconocido los dones de Dios. 6 No permitas que tus pesares te tienten a no ser fiel a tu cometido.

14. Tus suspiros no harían ahora sino truncar las esperanzas de aquellos que cuentan contigo para su liberación. 2 Tus lágrimas son las suyas. 3 Si enfermas, no haces sino impedir su curación. 4 Tus temores no hacen sino enseñarles que los suyos están justificados. 5 Tu mano se convierte en la que otorga el toque de Cristo; tu cambio de mentalidad, en la prueba de que quien acepta los dones de Dios jamás puede sufrir por nada. 6 Se te ha encomendado liberar al mundo de su dolor.

15. No lo defraudes. 2 Conviértete en la prueba viviente de lo que el toque de Cristo puede ofrecer a todo el mundo. 3 Dios te ha confiado Sus dones. 4 ¡Que tu felicidad dé testimonio de la gran transformación que experimenta la mente que elige aceptarlos y sentir el toque de Cristo! 5 Ésa es tu misión ahora. 6 Pues Dios les ha encomendado a todos los que reciben Sus dones que a su vez los den. 7 Ha compartido Su Júbilo contigo. 8 Ahora ve y compártelo con el mundo.

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