Sólo mi propia condenación me hace daño.
1. El daño es imposible. 2 Las ilusiones, no obstante, forjan ilusiones. 3 Si puedes condenar, se te puede hacer
daño. 4 Pues habrás creído que puedes hacer daño, y el derecho que te prescribes puede ahora usarse contra ti,
hasta que renuncies a él por ser algo sin valor, indeseable e irreal. 5 La ilusión dejará entonces de tener efectos,
y aquellos que parecía tener quedarán anulados. 6 Entonces serás libre, pues la libertad es tu regalo y ahora
puedes recibir el regalo que diste.
2. Condena y te vuelves un prisionero. 2 Perdona y te liberas. 3 Ésta es la ley que rige a la percepción. 4 No es una
ley que el conocimiento entienda, pues la libertad es parte de él. 5 Por lo tanto, condenar es en realidad
imposible. 6 Lo que parece ser su influencia y sus efectos nunca tuvieron lugar. 7 No obstante, tenemos que
lidiar con ellos por un tiempo como si en realidad hubiesen tenido lugar. 8 Las ilusiones forjan ilusiones.
9 Excepto una. 10 Pues el perdón es la ilusión que constituye la respuesta a todas las ilusiones.
3. El perdón desvanece todos los demás sueños, y aunque en sí es un sueño, no da lugar a más sueños. 2 Todas las
ilusiones, salvo ésta, no pueden sino multiplicarse de mil en mil. 3 Pero con ésta, a todas las demás les llega su
fin. 4 El perdón representa el fin de todos los sueños porque es el sueño del despertar. 5 No es en sí la verdad.
6 No obstante, apunta hacia donde ésta se encuentra y nos guía con la certeza de Dios Mismo. 7 Es un sueño en
el que el Hijo de Dios despierta a su Ser y a su Padre, sabiendo que Ambos son Uno.
4. El perdón es el único camino que conduce más allá del desastre, del sufrimiento y, finalmente, de la muerte.
2 ¿Cómo podría haber otro camino cuando éste es el plan de Dios Mismo?
3 ¿Y por qué ibas a querer oponerte
a él, combatirlo, hallarle mil faltas y buscar mil otras alternativas?
5. ¿No sería más sabio alegrarte de tener en tus manos la respuesta a tus problemas?
2 ¿No sería más inteligente
darle gracias a Aquel que te ofrece la salvación y aceptar Su regalo con gratitud?
3 ¿Y no sería muestra de
bondad para contigo mismo oír Su Voz y aprender las sencillas lecciones que Él desea enseñarte en lugar de
tratar de ignorar Sus palabras y substituirlas por las tuyas?
6. Sus palabras darán resultado. 2 Sus palabras salvarán. 3 En Sus palabras yace toda la esperanza, bendición y
dicha que se pueda alguna vez encontrar en esta tierra. 4 Sus palabras proceden de Dios y te llegan con el amor
del Cielo impreso en ellas. 5 Los que oyen Sus palabras han oído el himno del Cielo. 6 Pues éstas son las
palabras en las que todas las demás finalmente se funden en una sola. 7 Y al desaparecer ésta, la Palabra de
Dios viene a ocupar su lugar, pues entonces será recordada y amada.
7. Este mundo parece tener muchos escondrijos donde la piedad no tiene sentido y el ataque parece estar
justificado. 2 Mas todos son uno: un lugar donde la muerte es la ofrenda que se le hace al Hijo de Dios así
como a su Padre. 3 Tal vez pienses que Ellos la han aceptado. 4 Mas si miras de nuevo allí donde antes
contemplaste Su sangre, percibirás en su lugar un milagro. 5
¡Qué absurdo creer que Ellos podían morir! 6
¡Qué
absurdo creer que podías atacar! 7
¡Qué locura pensar que podías ser condenado y que el santo Hijo de Dios
podía morir!
8. La quietud de tu Ser permanece impasible y no se ve afectada por semejantes pensamientos ni se percata de
ninguna condenación que pudiera requerir perdón. 2 Pues los sueños, sea cual fuere su clase, son algo ajeno y
foráneo a la verdad. 3 ¿Y qué otra cosa, sino la verdad, podría contener un pensamiento que edifica un puente
hasta ella misma para transportar las ilusiones al otro lado?
9. Nuestras prácticas de hoy consisten en dejar que la libertad venga a establecer su morada en ti. 2 La verdad
deposita estas palabras en tu mente para que puedas encontrar la llave de la luz y permitir que a la obscuridad
le llegue su fin:
3 Sólo mi propia condenación me hace daño. 4 Sólo mi propio perdón me
puede liberar.
5 No olvides hoy que toda forma de sufrimiento oculta algún pensamiento que niega el perdón. 6 Y que no
puede haber ningún tipo de dolor que el perdón no pueda sanar.
10. Acepta la única ilusión que proclama que en el Hijo de Dios no hay condenación y el Cielo será recordado
instantáneamente, el mundo quedará olvidado junto con todas sus extrañas creencias, conforme la faz de Cristo
aparezca por fin sin velo alguno en ese único sueño de perdón. 2 Éste es el regalo que el Espíritu Santo tiene
para ti de parte de Dios tu Padre. 3 Deja que el día de hoy sea celebrado tanto en la tierra como en tu santo
hogar. 4 Sé benévolo con ambos, a medida que perdones las ofensas de las que pensaste que eran culpables, y
ve tu inocencia irradiando sobre ti desde la faz de Cristo.
11. Ahora el silencio se extiende por todo el mundo. 2 Ahora hay quietud allí donde antes había un frenético flujo
de pensamientos sin sentido. 3 Ahora una serena luz refulge sobre la faz de la tierra, que reposa tranquila en un
dormir desprovisto de sueños. 4 Y ahora lo único que queda sobre ella es la Palabra de Dios. 5 Sólo eso puede
percibirse por un instante más. 6 Luego, los símbolos pasarán al olvido, y todo lo que creíste haber hecho
desaparecerá por completo de la mente que Dios reconoce para siempre como Su único Hijo.
12. En él no hay condenación. 2 Es perfecto en su santidad. 3 No necesita pensamientos de misericordia. 4 ¿Qué
regalos se le pueden hacer cuando todo es suyo?
5 ¿A quién podría ocurrírsele ofrecer perdón al Hijo de la
Impecabilidad Misma, tan semejante a Aquel de Quien es Hijo, que contemplar al Hijo significa dejar de
percibir y únicamente conocer al Padre?
6 En esta visión del Hijo, tan fugaz que ni siquiera un instante media
entre este singular panorama y la intemporalidad misma, contemplas la visión de ti mismo y luego desapareces
para siempre en Dios.
13. Hoy nos aproximamos todavía más al final de todo lo que aún pretende interponerse entre esta visión y nuestra
vista. 2 Nos sentimos dichosos de haber llegado tan lejos, y reconocemos que Aquel que nos trajo hasta aquí no
nos abandonará ahora. 3 Pues nos quiere dar el don que Dios nos ha dado hoy por medio de Él. 4 Éste es el
momento de tu liberación. 5 Ha llegado el momento. 6 Ha llegado hoy.
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