domingo, 19 de julio de 2020

Sexto Repaso

 Introducción 
1. Para este repaso utilizaremos sólo una idea por día y la practicaremos tan a menudo como nos sea posible. 2 Además del tiempo que le dediques mañana y noche, que no debería ser menos de quince minutos cada vez, y de los recordatorios que has de realizar cada hora durante el transcurso del día, usa la idea tan a menudo como puedas entre estos recordatorios. 3 Cada una de estas ideas por sí sola podría salvarte si verdaderamente la aprendieras. 4 Cada una de ellas sería suficiente para liberaros a ti y al mundo de cualquier clase de cautiverio e invitar de nuevo el recuerdo de Dios. 

2. Con esto en mente, demos comienzo a nuestras prácticas, en las que repasaremos detenidamente los pensamientos con los que el Espíritu Santo nos ha bendecido en nuestras últimas veinte lecciones. 2 Cada uno de ellos encierra dentro de sí el programa de estudios en su totalidad si se entiende, practica, acepta y aplica a todo cuanto parece acontecer a lo largo del día. 3 Uno solo de ellos bastaría. 4 Mas no se debe excluir nada de ese pensamiento. 5 Necesitamos, por lo tanto, usarlos todos y dejar que se vuelvan uno solo, ya que cada uno de ellos contribuye a la suma total de lo que queremos aprender. 

3. Al igual que nuestro último repaso, estas sesiones de práctica giran alrededor de un tema central con el que comenzamos y concluimos cada lección. 2 El tema para el presente repaso es el siguiente: 3 No soy un cuerpo. 4 Soy libre. 5 Pues aún soy tal como Dios me creó. 6 El día comienza y concluye con esto. 7 Y lo repetiremos asimismo cada vez que el reloj marque la hora o siempre que nos acordemos, entre una hora y otra, que tenemos una función que transciende el mundo que vemos. 8 Aparte de esto y de la repetición del pensamiento que nos corresponda practicar cada día, no se requiere ningún otro tipo de ejercicio, excepto un profundo abandono de todo aquello que abarrota la mente y la hace sorda a la razón, a la cordura y a la simple verdad. 

4. Lo que nos proponemos en este repaso es ir más allá de todas las palabras y de las diferentes maneras de practicar. 2 Pues lo que estamos intentando esta vez es ir más deprisa por una senda más corta que nos conduce a la serenidad y a la Paz de Dios. 3 Sencillamente cerramos los ojos y nos olvidamos de todo lo que habíamos creído saber y entender. 4 Pues así es como nos liberamos de todo lo que ni sabíamos ni pudimos entender. 

5. Hay una sola excepción a esta falta de estructura. 2 No dejes pasar un solo pensamiento trivial sin confrontarlo. 3 Si adviertes alguno, niega su dominio sobre ti y apresúrate a asegurarle a tu mente que no es eso lo que quiere. 4 Luego descarta tranquilamente el pensamiento que negaste y de inmediato y sin titubear substitúyelo por la idea con la que estés practicando ese día. 

6. Cuando la tentación te asedie, apresúrate a proclamar que ya no eres su presa, diciendo: 2 No quiero este pensamiento. 3 El que quiero es _____. 4 Y entonces repite la idea del día y deja que ocupe el lugar de lo que habías pensado. 5 Además de estas aplicaciones especiales de la idea diaria, sólo añadiremos unas cuantas expresiones formales o pensamientos específicos para que te ayuden con tu práctica. 6 Por lo demás, le entregamos estos momentos de quietud al Maestro que nos enseña en silencio, nos habla de paz e imparte a nuestros pensamientos todo el significado que puedan tener jamás. 

7. A Él le ofrezco este repaso por ti. 2 Te pongo en Sus manos, y dejo que Él te enseñe qué hacer, qué decir y qué pensar cada vez que recurres a Él. 3 Él estará a tu disposición siempre que acudas a Él en busca de ayuda. 4 Ofrezcámosle este repaso que ahora comenzamos y no nos olvidemos de a Quien le fue entregado, según practicamos día tras día, avanzando hacia el objetivo que Él fijó para nosotros, dejando que nos enseñe cómo proceder y confiando plenamente en Él para que nos indique la forma en que cada sesión de práctica puede convertirse en un amoroso regalo de libertad para el mundo. 

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