Hoy sólo utilizaré la visión de Cristo.
1. Cada día, cada hora y cada instante decido lo que quiero contemplar, los sonidos que quiero oír y los testigos de lo que quiero que sea verdad para mí. 2 Hoy elijo contemplar lo que Cristo quiere que vea; hoy elijo escuchar la Voz de Dios, así como buscar los testigos de lo que es verdad en Su Creación. 3 En la visión de Cristo, el mundo y la Creación de Dios se encuentran y, según se unen, toda percepción desaparece. 4 La dulce visión de Cristo redime al mundo de la muerte, pues todo aquello sobre lo que Su mirada se posa no puede sino vivir y recordar al Padre y al Hijo: la unión entre Creador y Creación.
2. Padre, la visión de Cristo es el camino que me conduce a Ti. 2 Lo que Él contempla restaura Tu recuerdo en mí. 3 Y eso es lo que elijo contemplar hoy.
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