El perdón es el único regalo que doy.
1. El perdón es el único regalo que doy, ya que es el único regalo que deseo. 2 Y todo lo que doy, es a mí mismo a quien se lo doy. 3 Ésta es la sencilla fórmula de la salvación. 4 Y yo, que quiero salvarme, la adoptaré para regir mi vida por ella en un mundo que tiene necesidad de salvación y que se salvará al yo aceptar la Expiación para mí mismo.
2. Padre, ¡cuán certeros son Tus caminos; cuán seguro su desenlace final y cuán fielmente se ha trazado y logrado cada paso de mi salvación mediante Tu Gracia! 2 Gracias a Ti por Tus eternos dones, y gracias a Ti también por mi Identidad
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