miércoles, 2 de diciembre de 2020

337 LECCIÓN

Mi impecabilidad me protege de todo daño. 

1. Mi impecabilidad me garantiza una perfecta paz, eterna seguridad, un amor imperecedero, mantenerme eternamente a salvo de todo pensamiento de pérdida y liberarme completamente del sufrimiento. 2 Mi estado sólo puede ser uno de felicidad, pues eso es lo único que se me da. 3 ¿Qué debo hacer para saber que todo esto me pertenece? 4 Aceptar la Expiación para mí mismo y nada más. 5 Dios ya hizo todo lo que había que hacer. 6 Y lo que tengo que aprender es a no hacer nada por mi cuenta, pues sólo necesito aceptar mi Ser, mi impecabilidad—la cual se creó para mí y ahora es mía—para sentir el Amor de Dios protegiéndome de todo daño, para entender que mi Padre ama a Su Hijo y para saber que soy el Hijo que mi Padre ama. 

2. Tú que me creaste en la impecabilidad no puedes estar equivocado con respecto a lo que soy. 2 Era yo quien estaba equivocado al pensar que había pecado, pero ahora acepto la Expiación para mí mismo. 3 Padre, mi sueño termina ahora. 4 Amén

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