El perdón nos ofrece el cuadro de un mundo en el que ya no hay sufrimiento, es imposible perder y la ira no tiene sentido. ²El ataque ha desaparecido
L-249.1:1-2 3 ¿Qué sufrimiento podría concebirse ahora? 4 ¿En qué pérdida se podría incurrir? 5 El mundo se convierte en un remanso de dicha, abundancia, caridad y generosidad sin fin. 6 Se asemeja tanto al Cielo ahora que pronto se transforma en la luz que refleja. 7 Y así, la jornada que el Hijo de Dios emprendió ha culminado en la misma luz de la que él emanó. 2. Padre, queremos devolverte nuestras mentes. 2 Las hemos traicionado, sumido en la amargura y atemorizado con pensamientos de violencia y muerte. 3 Ahora queremos descansar nuevamente en Ti, tal como Tú nos creaste.
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