El instante santo no es un instante de creación, sino de reconocimiento.
T-21.II.8:2
3 Pues el reconocimiento procede de la visión y de la suspensión de todo juicio. 4 Sólo
entonces es posible mirar dentro de uno mismo y ver lo que no puede sino estar allí, claramente a la vista y
completamente independiente de cualquier inferencia o juicio. 5 Des-hacer no es tu función, pero sí depende de
ti el que le des o no la bienvenida. 6 La fe y el deseo van de la mano, pues todo el mundo cree en lo que desea.
T-21.II.8:2
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