La paciencia que tengas con tu hermano es la misma paciencia que tendrás contigo mismo. ¿No es acaso digno un Hijo de Dios de que se tenga paciencia con él?
T-5.VI.11:4-5
11. Cuando dije: “Yo he venido como una luz al mundo”, lo que quise decir fue que vine a compartir la luz
contigo. 2 Recuerda mi referencia al espejo tenebroso del ego y recuerda también que dije: “No mires ahí”.
3 Todavía sigue siendo cierto que es a ti a quien le corresponde decidir dónde has de buscar para encontrarte a
ti mismo. 4 La paciencia que tengas con tu hermano es la misma paciencia que tendrás contigo mismo. 5 ¿No es
acaso digno un Hijo de Dios de que se tenga paciencia con él?
6 He tenido infinita paciencia contigo porque mi
voluntad es la Voluntad de nuestro Padre, de Quien aprendí lo que es la paciencia infinita. 7 Su Voz estaba en
mí tal como está en ti, exhortándonos a tener paciencia con la Filiación en Nombre de su Creador.
12. Ahora debes aprender que sólo la paciencia infinita produce resultados inmediatos. 2 Así es como el tiempo se
intercambia por la eternidad. 3 La paciencia infinita recurre al amor infinito y, al producir resultados ahora,
hace que el tiempo se haga innecesario. 4 Hemos dicho repetidamente que el tiempo es un recurso de
aprendizaje que será abolido cuando ya no sea necesario. 5 El Espíritu Santo, que habla en favor de Dios en el
tiempo, sabe también que el tiempo no tiene sentido. 6 Él te recuerda esto en todo momento porque Su función
especial consiste en conducirte de regreso a la eternidad y permanecer allí para bendecir tus creaciones. 7 Él es
la única bendición que realmente puedes dar, pues es verdaderamente bendito. 8 Puesto que Dios te dio el
Espíritu Santo libremente, tienes que darlo tal como lo recibiste.
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