… la culpa no es la salvación, sino una interferencia
que no tiene ningún propósito válido.
UCDM, T-14.III.1:4
UCDM, T-14.III.2
2. Tal vez estés acostumbrado a utilizar la inocencia simplemente para contrarrestar el dolor de la culpabilidad y no la ves como algo con valor propio. 2 Crees que la culpabilidad y la inocencia son valiosas, y que cada una representa un escape de lo que la otra no te ofrece. 3 No quieres tener solamente una de ellas, pues sin ambas te consideras a ti mismo incompleto y, por lo tanto, infeliz. 4 Sin embargo, sólo puedes estar completo en tu inocencia, y sólo en tu inocencia puedes ser feliz. 5 En esto no hay conflicto. 6 Desear de algún modo la culpa, en cualquier forma que sea, hará que dejes de apreciar el valor de tu inocencia y que no la puedas ver. 3. No puedes establecer ningún acuerdo con la culpa y al mismo tiempo escaparte del dolor que sólo la inocencia mitiga. 2 Vivir aquí significa aprender, de la misma manera en que crear es estar en el Cielo. 3 Cada vez que el dolor de la culpa parezca atraerte, recuerda que si sucumbes a él estarás eligiendo en contra de tu felicidad y no podrás aprender a ser feliz. 4 Con dulzura, por lo tanto, aunque con la convicción que nace del Amor del Padre y de Su Hijo, repite para tus adentros lo siguiente:
2. Tal vez estés acostumbrado a utilizar la inocencia simplemente para contrarrestar el dolor de la culpabilidad y no la ves como algo con valor propio. 2 Crees que la culpabilidad y la inocencia son valiosas, y que cada una representa un escape de lo que la otra no te ofrece. 3 No quieres tener solamente una de ellas, pues sin ambas te consideras a ti mismo incompleto y, por lo tanto, infeliz. 4 Sin embargo, sólo puedes estar completo en tu inocencia, y sólo en tu inocencia puedes ser feliz. 5 En esto no hay conflicto. 6 Desear de algún modo la culpa, en cualquier forma que sea, hará que dejes de apreciar el valor de tu inocencia y que no la puedas ver. 3. No puedes establecer ningún acuerdo con la culpa y al mismo tiempo escaparte del dolor que sólo la inocencia mitiga. 2 Vivir aquí significa aprender, de la misma manera en que crear es estar en el Cielo. 3 Cada vez que el dolor de la culpa parezca atraerte, recuerda que si sucumbes a él estarás eligiendo en contra de tu felicidad y no podrás aprender a ser feliz. 4 Con dulzura, por lo tanto, aunque con la convicción que nace del Amor del Padre y de Su Hijo, repite para tus adentros lo siguiente:
5 Pondré de manifiesto lo que experimente.
6 Si soy inocente no tengo nada que temer.
7 Elijo dar testimonio de mi aceptación de la Expiación, no de su rechazo.
8 Aceptaré mi inocencia poniéndola de manifiesto y compartiéndola.
9 Quiero llevarle paz al Hijo de Dios de parte de su Padre.
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