No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
1. (187) Bendigo al mundo porque me bendigo a mí mismo. 2 La bendición de Dios irradia sobre mí desde dentro de mi corazón, donde Él mora. 3 No necesito más que dirigirme a Él y todo pesar desaparece conforme acepto Su infinito Amor por mí.
4 No soy un cuerpo. 5 Soy libre. 6 Pues aún soy tal como Dios me creó.
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