UCDM, T-7.II.6:5
4. Para que las leyes puedan ser útiles tienen que comunicarse. 2 En efecto, tienen que ser traducidas para aquellos
que hablan distintos idiomas. 3 No obstante, un buen traductor, si bien tiene que alterar la forma de lo que
traduce, jamás altera el significado. 4 De hecho, su único propósito es cambiar la forma de modo que la
traducción conserve el significado original. 5 El Espíritu Santo es el Traductor de las Leyes de Dios para
aquellos que no las entienden. 6 Tú no podrías hacer eso por tu cuenta porque una mente en conflicto no puede
serle fiel a un solo significado y, por lo tanto, altera el significado para conservar la forma.
5. El propósito del Espíritu Santo al traducir es exactamente el opuesto. 2 Traduce únicamente para conservar—en
todos los idiomas y desde cualquier punto de vista—el significado original. 3 Por consiguiente, se opone a la
idea de que las diferencias en lo relativo a la forma sean significativas, subrayando siempre que esas
diferencias no importan. 4 El significado de su mensaje es siempre el mismo: lo único que importa es el
significado. 5 La Ley de Dios que rige a la Creación no entraña el uso de la verdad para convencer a Sus Hijos
de la verdad. 6 La extensión de la verdad—que es la Ley del Reino—radica únicamente en el conocimiento de
lo que es la verdad. 7 Ésta es tu herencia y no tiene que aprenderse en absoluto, pero cuando te desheredaste a ti
mismo te convertiste por necesidad en un alumno.
6. Nadie pone en duda la relación que existe entre el aprendizaje y la memoria. 2 Es imposible aprender sin
memoria, mas lo que se aprende debe ser consistente para que se pueda recordar. 3 Por eso es por lo que la
enseñanza del Espíritu Santo es una lección en cómo recordar. 4 Dije anteriormente que el Espíritu Santo
enseña a recordar y a olvidar, pero olvidar sirve únicamente para que tu recordar sea más consistente. 5 Olvidas
para poder recordar mejor. 6 No entenderás Sus traducciones mientras sigas escuchando dos maneras de
interpretarlas. 7 Por lo tanto, tienes que olvidar o renunciar a una para poder entender la otra. 8 Ésta es la única
manera en que puedes aprender lo que es la consistencia, para que finalmente tú mismo puedas ser consistente.
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