Mía es la Gloria de mi Padre.
1. No permitamos hoy que la verdad acerca de nosotros se oculte tras una falsa humildad. 2 Por el contrario, sintámonos agradecidos por los dones que nuestro Padre nos ha concedido. 3 ¿Sería posible acaso que pudiéramos advertir algún vestigio de pecado o de culpa en aquellos con quienes Él comparte Su Gloria? 4 ¿Y cómo podría ser que no nos contásemos entre ellos, cuando Él ama a Su Hijo para siempre y con perfecta constancia, sabiendo que es tal como Él lo creó?
2. Te damos gracias, Padre, por la luz que refulge eternamente en nosotros. 2 Y la honramos porque Tú la compartes con nosotros. 3 Somos uno, unidos en esa luz y uno Contigo, en paz con toda la Creación y con nosotros mismos.
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