domingo, 8 de agosto de 2021

SEGUNDA PARTE

Introducción 

1. Las palabras apenas significarán nada a partir de ahora. 2 Las utilizaremos únicamente como guías de las que no vamos a depender. 3 Pues lo único que nos interesa ahora es tener una experiencia directa de la verdad. 4 Las lecciones que aún nos quedan por hacer no son más que introducciones a los períodos en que abandonamos el mundo del dolor y nos adentramos en la paz. 5 Ahora empezamos a alcanzar el objetivo que este curso ha fijado y a hallar la meta hacia la que nuestras prácticas han estado siempre encaminadas. 

2. Lo que nos proponemos ahora es que los ejercicios sean sólo un preámbulo. 2 Pues aguardamos con serena expectación a nuestro Dios y Padre. 3 Él nos ha prometido que Él Mismo dará el paso final. 4 Y nosotros estamos seguros de que Él cumple Sus promesas. 5 Hemos recorrido un largo trecho y ahora lo aguardamos a Él. 6 Seguiremos pasando un rato con Él cada mañana y cada noche, mientras ello nos haga felices. 7 No vamos a considerar el tiempo ahora como una cuestión de duración. 8 Dedicaremos tanto tiempo como sea necesario a fin de lograr el objetivo que perseguimos. 9 No nos olvidaremos tampoco de nuestros recordatorios de cada hora, y recurriremos a Dios siempre que nos sintamos tentados de olvidarnos de nuestro objetivo. 

3. Durante el resto de los días venideros seguiremos utilizando un pensamiento central para introducir nuestros períodos de descanso y para calmar nuestras mentes, según lo dicte la necesidad. 2 No obstante, no nos contentaremos únicamente con practicar los demás instantes santos con los que concluye este año que le hemos dedicado a Dios. 3 Diremos más bien algunas palabras sencillas a modo de bienvenida y luego esperaremos que nuestro Padre se revele a Sí Mismo, tal como ha prometido que hará. 4 Lo hemos invocado y Él ha prometido que Su Hijo recibirá respuesta siempre que invoque Su Nombre. 

4. Ahora venimos a Él teniendo únicamente Su Palabra en nuestras mentes y en nuestros corazones, y esperamos a que dé el paso hacia nosotros que nos ha dicho, a través de Su Voz, que no dejaría de dar una vez que Lo invitásemos. 2 No ha dejado solo a Su Hijo en su locura ni traicionado la confianza que éste tiene en Él. 3 ¿No le ha hecho acaso Su Fidelidad acreedor a la invitación que Él espera para hacernos felices? 4 Le extenderemos esa invitación y Él la aceptará. 5 Así es como transcurrirán nuestros momentos con Él. 6 Expresaremos las palabras de invitación que Su Voz sugiere y luego esperaremos a que Él venga a nosotros. 

5. La hora de la profecía ha llegado. 2 Ahora es cuando las antiguas promesas se honran y se cumplen sin excepción. 3 No queda ningún paso por dar del que el tiempo se pueda valer para impedir que se cumplan. 4 Pues ahora no podemos fracasar. 5 Siéntate en silencio y aguarda a tu Padre. 6 Él ha dispuesto que vendrá una vez que hayas reconocido que tu voluntad es que Él venga. 7 Y tú nunca habrías podido llegar tan lejos si no hubieras reconocido, por muy vagamente que fuese, que ésa es tu voluntad. 

6. Estoy tan cerca de ti que no podemos fracasar. 2 Padre, Te entregamos estos santos momentos como muestra de agradecimiento por Aquel que nos enseñó a abandonar el mundo del pesar a cambio del que Tú nos diste como substituto. 3 Ahora no miramos hacia atrás. 4 Miramos hacia adelante y fijamos la mirada en el final de la jornada. 5 Acepta de nuestra parte estas humildes ofrendas de gratitud, mientras contemplamos, por medio de la visión de Cristo, un mundo que está más allá del que nosotros construimos y que aceptamos como substituto total del nuestro. 

7. Y ahora aguardamos en silencio, sin miedo y seguros de Tu llegada. 2 Hemos procurado encontrar el camino siguiendo al Guía que nos enviaste. 3 Desconocíamos el camino, pero Tú no te olvidaste de nosotros. 4 Y sabemos que tampoco Te olvidarás de nosotros ahora. 5 Sólo pedimos que Tus promesas de antaño se cumplan tal como es Tu Voluntad. 6 Al pedir esto, nuestra voluntad dispone lo mismo que la Tuya. 7 El Padre y el Hijo, Cuya santa Voluntad creó todo lo que existe, no pueden fracasar en nada. 8 Con esta certeza daremos estos últimos pasos que nos llevan a Ti, y descansaremos confiadamente en Tu Amor, el cual jamás defraudará al Hijo que Te llama. 

8. Y así damos comienzo a la parte final de este año santo que hemos pasado juntos en busca de la verdad y de Dios, Quien es su único creador. 2 Hemos encontrado el camino que Él eligió para nosotros, y decidimos recorrerlo tal como quiere que hagamos. 3 Su Mano nos ha sostenido. 4 Sus Pensamientos han arrojado luz sobre las tinieblas de nuestras mentes. 5 Su Amor nos ha llamado incesantemente desde los orígenes del tiempo. 

9. Quisimos privar a Dios del Hijo que creó para Sí. 2 Quisimos que Él cambiara y fuese lo que nosotros queríamos hacer de Él. 3 Y creímos que nuestros desquiciados deseos eran la verdad. 4 Ahora nos alegramos de que todo esto haya desaparecido y de que ya no pensemos que las ilusiones son verdad. 5 El recuerdo de Dios titila a lo ancho de los vastos horizontes de nuestras mentes. 7 Un momento más, y nosotros que somos los Hijos de Dios, nos encontraremos a salvo en nuestro hogar, donde Él quiere que estemos. 

10. A la necesidad de practicar casi le ha llegado su fin. 2 Pues en esta última etapa llegaremos a entender que sólo con invocar a Dios toda tentación desaparece. 3 En lugar de palabras, sólo necesitamos sentir Su Amor. 4 En lugar de oraciones, sólo necesitamos invocar Su Nombre. 5 Y en lugar de juzgar, sólo necesitarnos aquietarnos y dejar que todas las cosas sean sanadas. 6 Aceptaremos la manera en que el plan de Dios ha de terminar, tal como aceptamos la manera en que comenzó. 7 Ahora ya se ha consumado. 8 Este año nos ha llevado a la eternidad. 

11. Las palabras tendrán todavía cierta utilidad. 2 Cada cierto tiempo se incluirán temas de especial relevancia, cuya lectura debe preceder a la de nuestras lecciones diarias y a los períodos de experiencia profunda e inefable que deben seguir a éstas. 3 Estos temas especiales deberán repasarse cada día hasta que se te ofrezca el siguiente. 4 Debes leerlos lentamente y reflexionar sobre ellos por un rato antes de cada uno de esos santos y benditos instantes del día. 5 He aquí el primero de estos temas especiales.

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