martes, 7 de septiembre de 2021

4. ¿Qué es el pecado?

1. El pecado es demencia. 2 Es lo que hace que la mente pierda su cordura y trate de que las ilusiones ocupen el lugar de la verdad. 3 Y al estar loca, la mente ve ilusiones donde la verdad debería estar y donde realmente está. 4 El pecado dotó al cuerpo con ojos, pues, ¿qué iban a querer contemplar los que están libres de pecado? 5 ¿Qué necesidad tendrían de vistas, sonidos o del tacto? 6 ¿Qué querrían oír o intentar asir? 7 ¿Qué necesidad tendrían de los sentidos? 8 Usar los sentidos es no saber. 9 Y la verdad sólo se compone de conocimiento y de nada más. 

2. El cuerpo es el instrumento que la mente fabricó en su afán por engañarse a sí misma. 2 Su propósito es luchar. 3 Mas la meta por la que lucha puede cambiar. 4 Y entonces el cuerpo lucha por otro objetivo. 5 Lo que ahora persigue lo determina el objetivo que la mente ha adoptado para substituir a la meta de engañarse a sí misma que antes tenía. 6 La verdad puede ser su objetivo tanto como las mentiras. 7 Y así, los sentidos buscarán lo que da fe de la verdad. 

3. El pecado es la morada de las ilusiones, las cuales representan únicamente cosas imaginarias procedentes de pensamientos falsos. 2 Las ilusiones son la “prueba” de que lo que no es real lo es. 3 El pecado “prueba” que el Hijo de Dios es malvado, que la intemporalidad tiene que tener un final y que la vida eterna sucumbirá ante la muerte. 4 Y Dios Mismo ha perdido al Hijo que ama y sólo le queda la corrupción para completarse a Sí Mismo; la muerte ha derrotado Su Voluntad para siempre, el odio ha destruido el amor y la paz ha dejado de existir. 

4. Los sueños de un loco son pavorosos y el pecado parece ser ciertamente aterrador. 2 Sin embargo, lo que el pecado percibe no es más que un juego de niños. 3 El Hijo de Dios puede jugar a haberse convertido en un cuerpo que es presa de la maldad y de la culpa, con una corta vida que acaba en la muerte. 4 Mientras tanto, su Padre ha seguido derramando Su Luz sobre él y amándolo con un amor eterno que sus pretensiones no pueden alterar en absoluto. 

5. ¿Hasta cuándo, Hijo de Dios, vas a seguir jugando al juego del pecado? 2 ¿No es hora ya de abandonar esos juegos peligrosos? 3 ¿Cuándo vas a estar listo para regresar a tu hogar? 4 ¿Tal vez hoy? 5 El pecado no existe. 6 La Creación no ha cambiado. 7 ¿Deseas aún seguir demorando tu regreso al Cielo? 8 ¿Hasta cuándo, santo Hijo de Dios, vas a seguir demorándote, hasta cuándo?

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