Hoy mi santidad brilla clara y radiante.
1. Hoy me despierto lleno de júbilo, sabiendo que sólo han de acontecerme cosas buenas procedentes de Dios. 2 Eso es todo lo que pido, y sé que mi ruego recibirá respuesta debido a los pensamientos a los que va dirigido. 3 Y en el instante en que acepte mi santidad, lo único que pediré serán cosas dichosas. 4 Pues ¿qué utilidad tendría el dolor para mí; para qué iba a querer el sufrimiento, y de qué me servirían el pesar y la pérdida si la demencia se alejara hoy de mí y en su lugar aceptara mi santidad?
2. Padre, mi santidad es la Tuya. 2 Que me regocije en ella y que mediante el perdón recobre la cordura. 3 Tu Hijo sigue siendo tal como Tú lo creaste. 4 Mi santidad forma parte de mí y también de Ti. 5 Pues ¿qué podría alterar a la Santidad Misma?
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