1. Un milagro es una corrección. 2 No crea ni cambia realmente nada en absoluto. 3 Simplemente observa la
devastación y le recuerda a la mente que lo que ve es falso. 4 Corrige el error, mas no intenta ir más allá de la
percepción ni exceder la función del perdón. 5 Se mantiene, por lo tanto, dentro de los límites del tiempo. 6 No
obstante, allana el camino para el retorno de la intemporalidad y para el despertar del amor, pues el miedo no
puede sino desvanecerse ante el benevolente remedio que el milagro trae consigo.
2. En el milagro reside el don de la gracia, pues se da y se recibe cual uno solo. 2 Y así, nos da un ejemplo de lo
que es la ley de la verdad, que el mundo no acata porque es totalmente incapaz de entenderla. 3 El milagro
invierte la percepción que antes estaba al revés y de esa manera pone fin a las extrañas distorsiones que
manifestaba. 4 Ahora la percepción se ha vuelto receptiva a la verdad. 5 Ahora puede verse que el perdón está
justificado.
3. El perdón es la morada de los milagros. 2 Los ojos de Cristo se los ofrecen a todos los que Él contempla con
misericordia y con amor. 3 La percepción queda corregida ante Su vista, y aquello cuyo propósito era maldecir
tiene ahora el de bendecir. 4 Cada azucena de perdón le ofrece al mundo el silencioso milagro del amor. 5 Y
cada una de ellas se deposita ante la Palabra de Dios, en el Altar Universal al Creador y a la Creación, a la Luz
de la perfecta pureza y de la dicha infinita.
4. Al principio el milagro se acepta mediante la fe, porque pedirlo implica que la mente está ahora lista para
concebir aquello que no puede ver ni entender. 2 No obstante, la fe convocará a sus testigos para demostrar que
aquello en lo que se basa realmente existe. 3 Y así, el milagro justificará tu fe en él y probará que esa fe
descansaba sobre un mundo más real que el que antes veías: un mundo que ha sido redimido de lo que tú
pensabas que se encontraba allí.
5. Los milagros son como gotas de lluvia regeneradora que caen del Cielo sobre un mundo árido y polvoriento, al
cual criaturas hambrientas y sedientas vienen a morir. 2 Ahora tienen agua. 3 Ahora el mundo está lleno de
verdor. 4 Y por doquier brotan señales de vida para demostrar que lo que nace jamás puede morir, pues lo que
tiene vida es inmortal.
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