La enfermedad no es sino otro nombre para el pecado.
La curación no es sino otro nombre para Dios.
El milagro es, por lo tanto, una invocación que se le hace a Él.
1. Padre, prometiste que nunca dejarías de contestar cualquier invocación que Tu Hijo pudiera hacerte. 2 No
importa dónde esté, cuál parezca ser su problema o en qué crea haberse convertido, 3 él es Tu Hijo y Tú le
responderás. 4 El milagro es un reflejo de Tu Amor, por lo tanto, es la contestación que él recibe. 5 Tu Nombre
reemplaza todo pensamiento de pecado, y aquel que es inocente jamás puede sufrir dolor alguno. 6 Tu Nombre
es la Respuesta que le das a Tu Hijo porque al invocar Tu Nombre él invoca el Suyo Propio.
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