jueves, 23 de diciembre de 2021

LECCIÓN 358

Ninguna invocación a Dios puede dejar de ser oída o no recibir respuesta. Y de esto puedo estar seguro: Su Respuesta es la única que realmente deseo. 

1. Tú que recuerdas lo que realmente soy, eres el único que recuerda lo que realmente deseo. 2 Hablas por Dios y, por lo tanto, por mí. 3 Y lo que me concedes proviene de Dios Mismo. 4 Tu Voz, entonces, Padre mío, es mía también, y lo único que quiero es lo que me ofreces, en la forma exacta en que decidas que yo lo reciba. 5 Que recuerde todo lo que no sé y que mi voz se acalle mientras lo recuerdo. 6 Que no me olvide de Tu Amor ni de Tu Cuidado y que mantenga siempre presente en mi conciencia la promesa que le hiciste a Tu Hijo. 7 Que no me olvide de que mi ser no es nada, pero que mi Ser lo es todo.

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