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1. Tener miedo de la Voluntad de Dios es una de las creencias más extrañas que la mente humana haya podido concebir jamás. 2 Esto no habría podido ocurrir a no ser que la mente hubiera estado ya tan profundamente dividida, que le hubiese sido posible tener miedo de lo que ella misma es. 3 La realidad sólo puede ser una “amenaza ” para lo ilusorio, ya que lo único que la realidad puede defender es la verdad. 4 El hecho mismo de que percibas la Voluntad de Dios—que es lo que tú eres—como algo temible, demuestra que tienes miedo de lo que eres. 5 Por lo tanto, no es de la Voluntad de Dios de lo que tienes miedo, sino de la tuya.
1. Tener miedo de la Voluntad de Dios es una de las creencias más extrañas que la mente humana haya podido concebir jamás. 2 Esto no habría podido ocurrir a no ser que la mente hubiera estado ya tan profundamente dividida, que le hubiese sido posible tener miedo de lo que ella misma es. 3 La realidad sólo puede ser una “amenaza ” para lo ilusorio, ya que lo único que la realidad puede defender es la verdad. 4 El hecho mismo de que percibas la Voluntad de Dios—que es lo que tú eres—como algo temible, demuestra que tienes miedo de lo que eres. 5 Por lo tanto, no es de la Voluntad de Dios de lo que tienes miedo, sino de la tuya.
2. Tu voluntad no es la voluntad del ego, y por eso es por lo que el ego está contra ti. 2 Lo que parece ser el temor a
Dios es en realidad el miedo a tu propia realidad. 3 En un estado de pánico no se puede aprender nada de
manera consistente. 4 Si el propósito de este curso es ayudarte a recordar lo que eres, y tú crees que lo que eres
es algo temible, de ello se deduce forzosamente que no aprenderás este curso. 5 Sin embargo, la razón de que el
curso exista es precisamente porque no sabes lo que eres.
3. Si no sabes lo que es tu realidad, ¿por qué estás tan seguro de que es temible?
2 La asociación que se hace entre
la verdad y el miedo, que a lo sumo sería altamente artificial, es especialmente inadecuada en las mentes de
aquellos que no saben lo que es la verdad. 3 Lo único que esto quiere decir es que estás asociando
arbitrariamente algo que se encuentra más allá de tu conciencia con algo que no deseas. 4 Es evidente, pues,
que estás juzgando algo de lo cual no tienes el menor conocimiento. 5 Has urdido esta extraña situación de
forma tal que te resulta imposible escapar de ella sin un Guía que sepa cuál es tu realidad. 6 El propósito de
este Guía no es otro que el de recordarte lo que deseas. 7 No está tratando de imponerte una voluntad ajena.
8 Está simplemente haciendo todo lo posible, dentro de los límites que tú le impones, por restablecer tu propia
voluntad en tu conciencia.
4. Has aprisionado tu voluntad más allá de tu conciencia, donde todavía se encuentra, pero desde donde no puede
ayudarte. 2 Cuando dije que la función del Espíritu Santo es separar lo falso de lo verdadero en tu mente, quise
decir que Él tiene el poder de ver lo que has ocultado y reconocer en ello la Voluntad de Dios. 3 Gracias a este
reconocimiento, Él puede hacer que la Voluntad de Dios sea real para ti porque Él está en tu mente y, por lo
tanto, Él es tu realidad. 4 Si la percepción que Él tiene de tu mente trae la realidad de ésta hasta ti, te está
ayudando a recordar lo que eres. 5 Lo único que puede ocasionar temor en este proceso es lo que crees que
perderías. 6 Lo único que realmente puedes tener, no obstante, es lo que el Espíritu Santo ve.
5. He subrayado en muchas ocasiones que el Espíritu Santo nunca te pedirá ningún sacrificio. 2 Pero si te pides a ti
mismo el sacrificio de la realidad, el Espíritu Santo tiene que recordarte que ésa no es la Voluntad de Dios
porque no es la tuya. 3 No hay diferencia alguna entre tu voluntad y la de Dios. 4 Si tu mente no estuviera
dividida reconocerías que ejercer tu voluntad es la salvación porque es comunicación.
6. Es imposible comunicarse utilizando lenguas diferentes. 2 Tú y tu Creador podéis comunicaros por medio de la
Creación porque Ella y sólo Ella, es vuestra Voluntad conjunta. 3 Una mente dividida no se puede comunicar
porque habla en nombre de cosas diferentes a la misma mente. 4 Al hacer esto, pierde la capacidad de
comunicarse porque una comunicación confusa sencillamente no tiene sentido. 5 Es imposible comunicar un
mensaje a menos que tenga sentido. 6 ¿Cuán sensatos pueden ser tus mensajes, cuando pides lo que no deseas?
7 Sin embargo, mientras sigas teniendo miedo de tu voluntad, eso es precisamente lo que estarás pidiendo.
7. Tal vez insistas en que el Espíritu Santo no te contesta, pero quizá sería más prudente examinar qué clase de
peticionario eres. 2 No pides únicamente lo que deseas. 3 Esto se debe a que temes recibirlo, y ciertamente lo
recibirías. 4 Por eso es por lo que se lo sigues pidiendo al maestro que no puede dártelo. 5 De él nunca podrás
aprender qué es lo que deseas, y esto te da una ilusión de seguridad. 6 Sin embargo, no puedes estar a salvo de
la verdad, sino que sólo puedes estar a salvo en la verdad. 7 La realidad es tu única seguridad. 8 Tu voluntad es
tu salvación porque es la misma que la de Dios. 9 La separación no es más que la creencia de que es diferente.
8. Ninguna mente recta podría creer que su voluntad es más fuerte que la de Dios. 2 Si una mente cree que su
voluntad es diferente de la de Él, entonces sólo puede concluir o bien que Dios no existe o bien que Su
Voluntad es temible. 3 La primera conclusión da lugar al ateo, y la segunda, al mártir, que cree que Dios exige
sacrificios. 4 Cualquiera de esas dos conclusiones dementes producirá pánico, ya que el ateo cree estar solo, y
el mártir que Dios lo está crucificando. 5 No obstante, nadie quiere sentirse abandonado o sufrir represalias,
aunque es posible que muchos procuren ambas cosas. 6 ¿Puedes acaso pedirle al Espíritu Santo semejantes
“regalos” y esperar recibirlos?
7 Él no puede darte lo que tú no deseas. 8 Cuando le pides al Dador Universal lo
que no quieres, estás pidiendo lo que no se puede dar porque nunca se creó. 9 Y nunca se creó porque nunca
fue lo que tu voluntad dispuso para ti.
9. En última instancia todo el mundo tiene que recordar la Voluntad de Dios porque, en última instancia, todo el
mundo tiene que reconocerse a sí mismo. 2 Este reconocimiento es el reconocimiento de que su voluntad y la
de Dios son Una. 3 En presencia de la verdad, no hay descreídos ni sacrificios. 4 En la seguridad de la realidad,
el miedo no tiene absolutamente ningún sentido. 5 Negar lo que simplemente es, tan sólo puede dar la
impresión de que es temible. 6 El miedo no puede ser real sin una causa, y Dios es la única Causa. 7 Dios es
Amor y Él es ciertamente lo que tú deseas. 8 Ésa es tu voluntad. 9 Pide esto y se te concederá porque estarás
pidiendo únicamente lo que ya es tuyo.
10. Cuando le pides al Espíritu Santo lo que te podría hacer daño Él no puede satisfacer tu petición porque no hay
nada que pueda hacerte daño y, por lo tanto, no estás pidiendo nada. 2 Cualquier deseo que proceda del ego es
un deseo de algo que no existe, y solicitarlo no constituye una petición. 3 Es simplemente una negación en
forma de petición. 4 El Espíritu Santo no le da importancia a la forma, ya que sólo es consciente de lo que tiene
significado. 5 El ego no puede pedirle nada al Espíritu Santo porque no existe comunicación entre ellos. 6 Tú,
en cambio, puedes pedirle todo porque las peticiones que Le haces son reales, al proceder de tu mente recta.
7 ¿Negaría el Espíritu Santo la Voluntad de Dios?
8 ¿Y podría dejar de reconocerla en Su Hijo?
11. No te das cuenta de la enorme cantidad de energía que desperdicias negando la verdad. 2 ¿Qué le dirías a
alguien que se empeña en intentar lo imposible, creyendo que lograrlo es tener éxito?
3 La creencia de que para
poder ser feliz tienes que tener lo imposible está en total desacuerdo con el principio que rige a la Creación.
4 Dios no pudo haber dispuesto que tu felicidad dependiera de lo que nunca podrías tener. 5 El hecho de que
Dios es Amor no requiere que se crea en ello, pero sí requiere aceptación. 6 Puedes ciertamente negar los
hechos, pero no puedes hacer que cambien. 7 Si te tapas los ojos con las manos, no podrás ver porque estarás
interfiriendo en las leyes de la visión. 8 Si niegas el amor, no podrás conocerlo porque tu cooperación es la ley
de su existencia. 9 No puedes cambiar las leyes que tú no promulgaste, y las leyes de la felicidad fueron
creadas para ti, no por ti.
12. Cualquier intento de negar lo que simplemente es tiene necesariamente que producir miedo, y si el intento es
fuerte producirá pánico. 2 Querer imponer tu voluntad en contra de la realidad, aunque no es posible, puede
convertirse en una obcecación, a pesar de que ése no es realmente tu deseo. 3 Mas examina el resultado de esta
extraña decisión: 4 estás dedicando tu mente a lo que no deseas. 5 ¿Cuán real puede ser esa dedicación?
6 Si
realmente no deseas eso que persigues, es que nunca fue creado. 7 Y si nunca fue creado, no es nada. 8 ¿Puedes
realmente estar dedicado a lo que no es nada?
13. Dios, en Su dedicación a ti, te creó dedicado a todo y te dio aquello a lo que estás dedicado. 2 De otra manera
no habrías sido creado perfecto. 3 La realidad lo es todo, y tú lo tienes todo porque eres real. 4 No puedes crear
lo irreal porque la ausencia de realidad es temible y él miedo no es algo que pueda ser creado. 5 Mientras sigas
creyendo que es posible tener miedo, no podrás crear. 6 Dos órdenes de realidad que se oponen entre sí privan a
la realidad de todo significado, y la realidad es significado.
14. Recuerda, pues, que la Voluntad de Dios es posible y que nada más lo será nunca. 2 En esto reside la simple
aceptación de la realidad porque sólo eso es real. 3 No puedes distorsionar la realidad y al mismo tiempo saber
lo que es. 4 Y si la distorsionas experimentarás ansiedad, depresión y finalmente pánico, pues estarás tratando
de convertirte a ti mismo en algo irreal. 5 Cuando sientas esas cosas, no trates de buscar la verdad fuera de ti
mismo, pues la verdad sólo puede encontrarse dentro de ti. 6 Di, por lo tanto:
7 Cristo está en mí, y donde Él está Dios tiene que estar, pues Cristo es parte
de Él.
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