enlace a "la función del obrador de Milagros"
1. La jornada que juntos emprendemos es el intercambio de la obscuridad por la luz, y el de la ignorancia por el entendimiento. 2 Nada que entiendas puede ser temible. 3 Es sólo en la obscuridad y en la ignorancia donde percibes lo aterrador, y huyes de ello para sumirte en una obscuridad todavía más tenebrosa. 4 Mas sólo lo que está oculto puede aterrorizar, no por lo que es intrínsecamente, sino por el hecho de estar oculto. 5 Lo tenebroso es aterrador porque no comprendes su significado. 6 Si lo comprendieras estaría claro para ti, y ya no estarías en la obscuridad. 7 Nada tiene un valor oculto, pues lo que está oculto no puede ser compartido, por lo tanto, se desconoce su valor. 8 Lo que está oculto se mantiene aparte, pero el valor de algo reside siempre en el aprecio que se le da conjuntamente. 9 Lo que está oculto no puede ser amado y, así, sólo puede ser temido.
1. La jornada que juntos emprendemos es el intercambio de la obscuridad por la luz, y el de la ignorancia por el entendimiento. 2 Nada que entiendas puede ser temible. 3 Es sólo en la obscuridad y en la ignorancia donde percibes lo aterrador, y huyes de ello para sumirte en una obscuridad todavía más tenebrosa. 4 Mas sólo lo que está oculto puede aterrorizar, no por lo que es intrínsecamente, sino por el hecho de estar oculto. 5 Lo tenebroso es aterrador porque no comprendes su significado. 6 Si lo comprendieras estaría claro para ti, y ya no estarías en la obscuridad. 7 Nada tiene un valor oculto, pues lo que está oculto no puede ser compartido, por lo tanto, se desconoce su valor. 8 Lo que está oculto se mantiene aparte, pero el valor de algo reside siempre en el aprecio que se le da conjuntamente. 9 Lo que está oculto no puede ser amado y, así, sólo puede ser temido.
2. La serena luz en la que el Espíritu Santo mora dentro de ti es sencillamente una luz donde todo está al
descubierto, donde no hay nada oculto y, por ende, donde no hay nada que temer. 2 El ataque siempre cederá
ante el amor si se lleva ante éste y no se mantiene oculto de él. 3 No hay tinieblas que la luz del amor no pueda
disipar, a menos que se mantengan ocultas de la influencia benéfica del amor. 4 Lo que se mantiene fuera del
alcance del amor no puede compartir su poder curativo, pues ha sido separado de él y se ha mantenido en la
obscuridad. 5 Los centinelas de la obscuridad lo vigilan celosamente, y tú, que fabricaste de la nada a esos
guardianes de lo ilusorio, tienes ahora miedo de ellos.
3. ¿Vas a continuar otorgándole un poder imaginario a esas extrañas ideas de seguridad?
2 No son ni seguras ni
inseguras. 3 No protegen ni tampoco atacan. 4 No hacen nada en absoluto, pues no son nada en absoluto. 5 En
cuanto que guardianes de las tinieblas y de la ignorancia no recurras a ellas a no ser que quieras sentir miedo,
pues lo que mantienen en la obscuridad es temible. 6 Abandónalas, y lo que era temible dejará de serlo. 7 Sin la
protección de la obscuridad, lo único que queda es la luz del amor, pues sólo éste tiene significado y sólo él
puede vivir en la luz. 8 Todo lo demás no puede sino desaparecer.
4. La muerte cede ante la vida, simplemente porque la destrucción no es verdad. 2 La luz de la inocencia desvanece
la culpa con su fulgor porque cuando se pone una al lado de la otra, la verdad de una hace que la falsedad de la
otra resulte perfectamente evidente. 3 No mantengas la culpa separada de la inocencia, pues tu creencia de que
puedes conservar las dos es completamente absurda. 4 Lo único que has hecho al mantenerlas separadas es
perder el significado de ambas al confundir una con la otra. 5 Y así, no te das cuenta de que sólo una de ellas
tiene sentido. 6 La otra no tiene sentido en absoluto.
5. Has considerado la separación como un medio de interrumpir la comunicación con tu Padre. 2 El Espíritu Santo
la reinterpreta como un medio de restablecer lo que nunca se interrumpió, pero sí se había velado. 3 Él puede
valerse de todo lo que has fabricado para Su santísimo propósito. 4 Él sabe que no estás separado de Dios, pero
percibe muchas cosas en tu mente que te hacen pensar que lo estás. 5 De eso y sólo de eso, es de lo que Él
desea apartarte. 6 Te enseñará cómo usar a tu favor el poder de decisión, que concebiste para substituir tu poder
creador. 7 Tú que concebiste el poder de decisión para crucificarte a ti mismo, tienes que aprender del Espíritu
Santo cómo utilizarlo en beneficio de la santa causa de la restauración.
6. Tú que hablas haciendo uso de símbolos turbios y engañosos no entiendes el lenguaje que has inventado. 2 No
tiene sentido, pues su propósito no es facilitar la comunicación, sino interrumpirla. 3 Si el propósito del
lenguaje es facilitar la comunicación, ¿cómo puede tener sentido dicha lengua?
4 Mas incluso este extraño y
tergiversado esfuerzo de querer comunicar no comunicando contiene suficiente amor como para hacer que
tenga sentido, si su intérprete no es su hacedor. 5 Tú que lo inventaste sólo estás expresando conflictos, y el
Espíritu Santo quiere liberarte de ellos. 6 Pon en Sus manos lo que quieres comunicar. 7 Él lo interpretará con
perfecta claridad, pues sabe con Quién estás en perfecta comunicación.
7. No sabes lo que dices, por lo tanto, no sabes lo que se te dice, 2 pero tu Intérprete se da cuenta de lo que quieres
decir en tu extraño lenguaje. 3 Él no intentará comunicar lo que no tiene sentido, 4 sino que separará todo lo que
lo tiene, descartando el resto, y les transmitirá a aquellos que verdaderamente quieran comunicarse contigo lo
que en verdad quieres comunicarles. 5 Hablas dos lenguajes al mismo tiempo, lo cual no puede sino ser algo
ininteligible. 6 Mas si uno de ellos no tiene sentido y el otro lo tiene, sólo este último puede utilizarse para la
comunicación. 7 El otro no haría sino obstruirla.
8. La única función del Espíritu Santo es facilitar la comunicación. 2 Para poder restablecerla, por consiguiente,
tiene que eliminar todo lo que la obstaculizaría. 3 Por lo tanto, no le ocultes nada que pudiera obstruirla, pues
Él no atacará a tus centinelas. 4 Simplemente llévalos ante Él y permite que Su dulzura te muestre que en la luz
no son temibles y que no pueden servir de guardianes de las tenebrosas puertas tras las cuales no hay nada que
se encuentre celosamente oculto. 5 Abramos todas las puertas y dejemos que la luz entre a raudales. 6 En el
templo de Dios no hay recintos secretos. 7 Sus puertas están abiertas de par en par para recibir a Su Hijo.
8 Nadie puede dejar de acudir allí donde Dios lo ha llamado, a menos que él mismo le dé la espalda a la
bienvenida que le extiende su Padre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario