Dios es mi Padre y Él ama a Su Hijo.
1. Mi verdadera identidad es tan invulnerable, tan sublime e inocente, tan gloriosa y espléndida, y tan
absolutamente benéfica y libre de culpa, que el Cielo la contempla para que lo ilumine. 2 Y Ella ilumina
también al mundo. 3 Mi verdadera identidad es el regalo que mi Padre me hizo y el que a mi vez le hago al
mundo. 4 No hay otro regalo, salvo éste, que se pueda dar o recibir. 5 Mi verdadera identidad y sólo ella es la
realidad. 6 Es el final de las ilusiones. 7 Es la verdad.
2. ¡Oh, Padre, mi Nombre todavía Te es conocido! 2 Yo lo he olvidado, y no sé adónde me dirijo, Quién soy ni qué
es lo que debo hacer. 3 Recuérdamelo ahora, Padre, pues estoy cansado del mundo que veo. 4 Revélame lo que
deseas que vea en su lugar.
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