No pidas ser perdonado, pues eso ya se te concedió. Pide, más bien, cómo aprender a perdonar y a restituir en tu mente inmisericorde lo que siempre ha sido.
(UCDM, T-14. IV.3:4-5)
3. Cuando hayas permitido que todo lo que empaña a la verdad en tu santísima mente sea des-hecho y,
consecuentemente, te alces en gracia ante tu Padre, Él se dará a Sí Mismo a ti como siempre lo ha hecho.
2 Darse a Sí Mismo es lo único que Él sabe y, así, todo conocimiento consiste en eso. 3 Pues lo que Él
desconoce no existe y, por consiguiente, no se puede dar. 4 No pidas ser perdonado, pues eso ya se te concedió.
5 Pide, más bien, cómo aprender a perdonar y a restituir en tu mente inmisericorde lo que siempre ha sido. 6 La
Expiación se vuelve real y visible para los que la ponen en práctica. 7 Ésa es tu única función en la tierra, y
debes aprender que eso es lo único que te interesa aprender. 8 Hasta que no lo aprendas te sentirás culpable,
9 pues, en última instancia, y sea cual fuere la forma en que tu culpabilidad se manifieste, ésta procede de no
llevar a cabo tu función en la Mente de Dios con toda tu mente. 10 ¿Cómo ibas a poder escapar de esa
culpabilidad si dejas de cumplir tu función aquí?
4. No tienes que comprender lo que es la Creación para hacer lo que tienes que hacer antes de que ese
conocimiento cobre sentido para ti. 2 Dios no rompe barreras, pues no las creó. 3 Cuando las abandonas,
desaparecen. 4 Dios no puede fracasar, ya que jamás ha fracasado en nada. 5 Decide que Dios está en lo cierto
con respecto a ti y que eres tú el que está equivocado. 6 Él te creó de Sí Mismo, si bien, dentro de Sí Mismo.
7 Él sabe lo que eres. 8 Recuerda que no hay alternativa a Él. 9 No puede haber nadie, por lo tanto, que no goce
de Su Santidad ni nadie que no merezca Su perfecto Amor. 10 No dejes de llevar a cabo tu función de amar en
un lugar falto de amor que fue engendrado de las tinieblas y el engaño, pues así es como se des-hacen las
tinieblas y el engaño. 11 No te falles a ti mismo, antes bien, ofrécele a Dios y a ti mismo Su irreprochable Hijo.
12 A cambio de este pequeño regalo de aprecio por Su Amor, Dios Mismo intercambiará tu regalo por el Suyo.
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