Que no me olvide de mi propósito.
1. Si me olvido de mi objetivo no podré sino estar confundido e inseguro acerca de qué soy y, por consiguiente,
mis acciones no podrán sino ser conflictivas. 2 Nadie puede estar al servicio de objetivos contradictorios y
servirlos bien. 3 Tampoco puede desenvolverse sin que se abata sobre él una profunda angustia y depresión.
4 Resolvamos hoy, por lo tanto, recordar lo que realmente queremos para así poder unificar nuestros
pensamientos y acciones de manera que tengan sentido y llevar a cabo únicamente lo que Dios quiere que
hagamos este día.
2. Padre, el perdón es el medio que Tú elegiste para nuestra salvación. 2 Que no olvidemos hoy que no tenemos
otra voluntad que la Tuya. 3 Por lo tanto, nuestro propósito tiene asimismo que ser el Tuyo si es que hemos de
alcanzar la paz que dispusiste para nosotros
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