sábado, 1 de octubre de 2022

LECCIÓN 273


Mía es la quietud de la Paz de Dios. 

1. Tal vez estemos ahora listos para pasar un día en perfecta calma. 2 Si esto no fuese posible todavía, nos contentaremos y nos sentiremos más que satisfechos de poder aprender cómo puede lograrse un día así. 3 Si permitimos que algo nos perturbe, aprendamos a descartarlo y a recobrar la paz. 4 Sólo necesitamos decirles a nuestras mentes con absoluta certeza: “Mía es la quietud de la Paz de Dios” y nada podrá venir a perturbar la paz que Dios Mismo le dio a Su Hijo. 

2. Padre, Tu Paz es mía. 2 ¿Qué necesidad tengo de temer que algo pueda robarme lo que Tú has dispuesto sea mío para siempre? 3 No puedo perder los dones que me has otorgado. 4 Por lo tanto, la paz con la que agraciaste a Tu Hijo sigue conmigo en la quietud y en el eterno amor que Te profeso.

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