Mi cuerpo es algo completamente neutro.
1. Soy un Hijo de Dios. 2 ¿Cómo iba a poder ser también otra cosa?
3 ¿Acaso creó Dios lo mortal y lo corruptible?
4 ¿De qué le sirve al bienamado Hijo de Dios lo que ha de morir?
5 Sin embargo, lo que es neutro no puede ver
la muerte, pues allí no se han depositado pensamientos de miedo ni se ha hecho de ello una parodia del amor.
6 La neutralidad del cuerpo lo protege mientras siga siendo útil. 7 Una vez que no tenga ningún propósito, se
dejará a un lado. 8 No es que haya enfermado, esté viejo o lesionado. 9 Es que simplemente no tiene ninguna
función, es innecesario y, por consiguiente, se le desecha. 10 Que hoy no vea en él más que esto: algo que es
útil por un tiempo y apto para servir, que se conserva mientras pueda ser de provecho, y luego es reemplazado
por algo mejor.
2. Mi cuerpo, Padre, no puede ser Tu Hijo. 2 Y lo que no ha sido creado no puede ser ni pecaminoso ni inocente;
ni bueno ni malo. 3 Que me valga, pues, de este sueño para poder ser de ayuda en Tu plan de que despertemos
de todos los sueños que urdimos.
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