He de ser por siempre un Efecto de Dios.
1. Padre, fui creado en Tu Mente, como un Pensamiento santo que nunca abandonó su hogar. 2 He de ser por
siempre Tu Efecto, y Tú, por siempre y para siempre, has de ser mi Causa. 3 Sigo siendo tal como Tú me
creaste. 4 Todavía me encuentro allí donde me ubicaste. 5 Y todos Tus atributos se encuentran en mí, pues Tu
Voluntad fue tener un Hijo tan semejante a su Causa, que Causa y Efecto fuesen indistinguibles. 6 Que tome
conciencia de que soy un Efecto Tuyo y de que, por consiguiente, poseo el mismo poder de crear que Tú. 7 Y
así como es en el Cielo, sea en la tierra. 8 Sigo Tu plan aquí, y sé que al final congregarás a todos Tus Efectos
en el plácido Remanso de Tu Amor, donde la tierra desaparecerá y todos los pensamientos separados se
unirán llenos de gloria como el Hijo de Dios.
2. Veamos hoy la tierra desaparecer, al principio transformada, y después, una vez que haya sido perdonada,
veámosla desvanecerse completamente en la santa Voluntad de Dios.
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