Hoy no volveré a hacerme daño.
1. Aceptemos hoy que el perdón es nuestra única función. 2 ¿Por qué atacar nuestras mentes y ofrecerles imágenes
de dolor?
3 ¿Por qué enseñarles que son impotentes, cuando Dios les ofrece Su Poder y Su Amor y las invita a
servirse de lo que ya es suyo?
4 La mente que ha llegado a estar dispuesta a aceptar los dones de Dios ha sido
restaurada al Espíritu y extiende su libertad y su dicha tal como dispone la Voluntad de Dios unida a la suya
propia. 5 El Ser que Dios creó no puede pecar, por lo tanto, no puede sufrir. 6 Elijamos hoy que Él sea nuestra
Identidad para poder así escapar para siempre de todas las cosas que el sueño de miedo parece ofrecernos.
2. Padre, es imposible hacerle daño a Tu Hijo. 2 Y si creemos sufrir, es sólo porque no reconocemos la única
Identidad que compartimos Contigo. 3 Hoy queremos retornar a Ella a fin de librarnos para siempre de todos
nuestros errores y salvarnos de lo que creíamos ser.
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