Mi impecabilidad me protege de todo daño.
1. Mi impecabilidad me garantiza una perfecta paz, eterna seguridad, un amor imperecedero, mantenerme
eternamente a salvo de todo pensamiento de pérdida y liberarme completamente del sufrimiento. 2 Mi estado
sólo puede ser uno de felicidad, pues eso es lo único que se me da. 3 ¿Qué debo hacer para saber que todo esto
me pertenece?
4 Aceptar la Expiación para mí mismo y nada más. 5 Dios ya hizo todo lo que había que hacer.
6 Y lo que tengo que aprender es a no hacer nada por mi cuenta, pues sólo necesito aceptar mi Ser, mi
impecabilidad—la cual se creó para mí y ahora es mía—para sentir el Amor de Dios protegiéndome de todo
daño, para entender que mi Padre ama a Su Hijo y para saber que soy el Hijo que mi Padre ama.
2. Tú que me creaste en la impecabilidad no puedes estar equivocado con respecto a lo que soy. 2 Era yo quien
estaba equivocado al pensar que había pecado, pero ahora acepto la Expiación para mí mismo. 3 Padre, mi
sueño termina ahora. 4 Amén.
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