Mi hermano impecable es mi guía a la paz. Mi hermano pecador es mi guía al dolor.
Y el que decida ver será el que contemplaré.
1. ¿Quién es mi hermano sino Tu santo Hijo?
2 Mas si veo pecado en él proclamo que soy un pecador, en vez de
un Hijo de Dios, y que me encuentro solo y sin amigos en un mundo aterrador. 3 Mas percibirme de esa
manera es una decisión que yo mismo he tomado y puedo, por consiguiente, volverme atrás. 4 Puedo asimismo
ver a mi hermano exento de pecado y como Tu santo Hijo. 5 Y si ésta es la alternativa por la que me decido,
veré mi impecabilidad, a mi eterno Consolador y Amigo junto a mí, y el camino libre y despejado. 6 Decide,
pues, por mí, Padre mío, a través de Aquel que habla por Ti. 7 Pues sólo Él juzga en Tu Nombre.
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