martes, 7 de julio de 2020

189 LECCIÓN

Siento el Amor de Dios dentro de mí ahora. 
1. Hay una luz en ti que el mundo no puede percibir. 2 Y con sus ojos no la podrás ver, pues estás cegado por él. 3 No obstante, tienes ojos con los que poder verla. 4 Está ahí para que la contemples. 5 No se puso en ti para que se mantuviese oculta de tu vista. 6 Esta luz es un reflejo del pensamiento con el que ahora vamos a practicar. 7 Sentir el Amor de Dios dentro de ti es ver el mundo renovado, radiante de inocencia, lleno de esperanza y bendecido con perfecta caridad y amor. 

2. ¿Quién podría sentir temor en un mundo así? 2 Dicho mundo te da la bienvenida, se regocija de que hayas venido y te canta alabanzas mientras te mantiene a salvo de cualquier peligro o dolor. 3 Te ofrece un hogar cálido y tranquilo en el que permanecer por un tiempo. 4 Te bendice a lo largo del día y te cuida durante la noche, cual silencioso guardián de tu sueño santo. 5 Ve en ti la salvación y protege la luz que mora en ti, en la que ve la suya propia. 6 Te ofrece sus flores y su nieve como muestra de agradecimiento por tu benevolencia. 

3. Éste es el mundo que el Amor de Dios revela. 2 Es tan diferente del mundo que ves a través de los enturbiados ojos de la malicia y del miedo, que uno desmiente al otro. 3 Sólo uno de ellos puede percibirse en absoluto. 4 El otro no tiene ningún significado. 5 A aquellos que ven surgir del ataque un mundo de odio listo para vengarse, asesinar y destruir, les resulta inconcebible la idea de un mundo en el que el perdón resplandece sobre todas las cosas y la paz ofrece su dulce luz a todo el mundo. 

4. Sin embargo, el mundo del odio es igualmente invisible e inconcebible para aquellos que sienten dentro de sí el Amor de Dios. 2 Su mundo refleja la quietud y la paz que refulge en ellos; la ternura y la inocencia que ven a su alrededor; la dicha con la que miran hacia fuera desde los inagotables manantiales de dicha en su interior. 3 Contemplan lo que han sentido dentro de sí, y ven su inequívoco reflejo por todas partes. 

5. ¿Cuál de esos dos mundos quieres ver? 2 La decisión es tuya. 3 Mas debes conocer la ley que rige toda visión y no dejar que tu mente la olvide: verás aquello que sientas en tu interior. 4 Si el odio encuentra acogida en tu corazón, percibirás un mundo temible, atenazado cruelmente por los huesudos dedos y las afiladas garras de la muerte. 5 Mas si sientes el Amor de Dios dentro de ti, contemplarás un mundo lleno de compasión y amor. 

6. Hoy pasamos de largo las ilusiones según intentamos llegar hasta Lo que es verdad en nosotros y sentir Su infinita ternura, Su Amor que sabe que somos tan perfectos como Él Mismo y Su visión, el don que Su Amor nos ofrece. 2 Hoy aprenderemos el camino, 3 el cual es tan seguro como el Amor al que nos conduce. 4 Pues Su sencillez nos protege de las trampas que las descabelladas complicaciones del aparente razonar del mundo tienen como propósito ocultar. 

7. Haz simplemente esto: permanece muy quedo y deja a un lado todos los pensamientos acerca de lo que eres y de lo que Dios es; todos los conceptos que hayas aprendido acerca del mundo; todas las imágenes que tienes acerca de ti mismo. 2 Vacía tu mente de todo lo que piensa que es verdadero o falso, bueno o malo; de todo pensamiento que considere digno, así como de todas las ideas de las que se siente avergonzada. 3 No conserves nada. 4 No traigas contigo ni un solo pensamiento que el pasado te haya enseñado ni ninguna creencia que hayas aprendido con anterioridad sobre cualquier cosa. 5 Olvídate de este mundo, olvídate de este curso, y con las manos completamente vacías, ven a tu Dios. 

8. ¿Acaso no es Él Quien sabe cómo llegar a ti? 2 Tú no necesitas saber cómo llegar a Él. 3 Tu papel consiste simplemente en permitir que todos los obstáculos que has interpuesto entre el Hijo y Dios el Padre sean eliminados silenciosamente para siempre. 4 Dios hará lo que le corresponde hacer en gozosa e inmediata respuesta. 5 Pide y recibirás. 6 Mas no vengas con exigencias ni Le señales el camino por donde debe aparecer ante ti. 7 La manera de llegar a Él es simplemente dejándole ser como es. 8 Pues de esa forma se proclama también tu realidad. 

9. Así pues, hoy no elegiremos el camino por el que vamos a Él. 2 Pero sí elegimos dejar que Él venga a nosotros. 3 Y con esta decisión descansamos. 4 Su Amor se abrirá paso por su cuenta en nuestros aquietados corazones y en nuestras mentes abiertas. 5 Es indudable que lo que no ha sido negado se encuentra ahí, si es que es verdad, y puede alcanzarse. 6 Dios conoce a Su Hijo y sabe cómo llegar a él. 7 No necesita que Su Hijo Le indique. 8 A través de cada puerta abierta Su Amor refulge desde Su hogar en tu fuero interno e ilumina al mundo con inocencia. 

Oración
10. Padre, no sabemos cómo llegar a Ti. 2 Pero Te hemos llamado y Tú nos has contestado. 3 No interferiremos. 4 Los caminos de la salvación no son nuestros, pues te pertenecen a Ti. 5 Y es a Ti a donde acudimos para encontrarlos. 6 Nuestras manos están abiertas para recibir Tus dones. 7 No tenemos ningún pensamiento que no pensemos Contigo ni abrigamos creencia alguna con respecto a lo que somos o a Quién nos creó. 8 Tuyo es el camino que queremos hallar y seguir. 9 Y sólo pedimos que Tu Voluntad, que también es la nuestra, se haga en nosotros y en el mundo para que éste pase a formar parte del Cielo. 10 Amén.

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