Padre, hoy vuelvo a ser Tu Hijo. 1. Hoy vislumbramos el momento en que los sueños de pecado y de culpa han desaparecido y hemos alcanzado la santa paz de la que nunca nos habíamos apartado. 2 Sólo un instante transcurrió entre la eternidad y lo intemporal. 3 Y fue tan fugaz, que no hubo ninguna interrupción en la continuidad ni corte alguno en los pensamientos que están eternamente unidos cual uno solo. 4 Nunca ocurrió nada que perturbase la Paz de Dios el Padre ni la del Hijo. 5 Hoy aceptamos la veracidad de este hecho.
2. Te agradecemos, Padre, que no podamos perder el recuerdo de Ti ni el de Tu Amor. 2 Reconocemos nuestra seguridad y Te damos gracias por todos los dones que nos has concedido, por toda la amorosa ayuda que nos has prestado, por Tu inagotable paciencia y por habernos dado Tu Palabra de que hemos sido salvados.
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