miércoles, 26 de agosto de 2020

235 LECCIÓN

Dios, en Su Misericordia, dispone que yo me salve. 

1. Sólo necesito contemplar todo aquello que parece herirme y con absoluta certeza decirme a mí mismo: “La Voluntad de Dios es que yo me salve de esto” para que de inmediato lo vea desaparecer. 2 Sólo necesito tener presente que la Voluntad de mi Padre para mí es sólo felicidad para darme cuenta de que lo único que se me ha dado es felicidad. 3 Y sólo necesito recordar que el Amor de Dios rodea a Su Hijo y mantiene su inocencia eternamente perfecta para estar seguro de que me he salvado y de que me encuentro para siempre a salvo en Sus Brazos. 4 Soy el Hijo que Él ama. 5 Y me he salvado porque Dios, en Su Misericordia, así lo dispuso. 

2. Padre, Tu Santidad es mía. 2 Tu Amor me creó e hizo que mi inocencia fuese por siempre parte de Ti. 3 No hay culpa o pecado en mí, puesto que no los hay en Ti.

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