No tengas miedo, hijo mío, sino deja más bien
que los milagros iluminen dulcemente tu mundo.
T-28.III.8:1 No tengas miedo, hijo mío, sino deja más bien que los milagros iluminen dulcemente tu mundo.
2 Y allí donde la diminuta brecha parecía interponerse entre tu hermano y tú, únete a él. 3 Y de este modo, será evidente que la enfermedad no tiene causa. 4 El sueño de curación reside en el perdón, que dulcemente te muestra que nunca pecaste. 5 El milagro no dejará ningún vestigio de culpa que pueda traer testigos de lo que nunca fue. 6 Y preparará en tu almacén un lugar de bienvenida para tu Padre y tu Ser. 7 La puerta está abierta para que todos aquellos que no quieran seguir hambrientos y deseen gozar del festín de abundancia que allí se les ha preparado puedan entrar. 8 Y se reunirán con tus Invitados, a quienes el milagro invitó a venir a ti.
que los milagros iluminen dulcemente tu mundo.
T-28.III.8:1 No tengas miedo, hijo mío, sino deja más bien que los milagros iluminen dulcemente tu mundo.
2 Y allí donde la diminuta brecha parecía interponerse entre tu hermano y tú, únete a él. 3 Y de este modo, será evidente que la enfermedad no tiene causa. 4 El sueño de curación reside en el perdón, que dulcemente te muestra que nunca pecaste. 5 El milagro no dejará ningún vestigio de culpa que pueda traer testigos de lo que nunca fue. 6 Y preparará en tu almacén un lugar de bienvenida para tu Padre y tu Ser. 7 La puerta está abierta para que todos aquellos que no quieran seguir hambrientos y deseen gozar del festín de abundancia que allí se les ha preparado puedan entrar. 8 Y se reunirán con tus Invitados, a quienes el milagro invitó a venir a ti.
9. Este festín es muy distinto de los que se acostumbran a dar en el sueño del mundo. 2 Pues aquí, cuanto más
reciba cada uno, más habrá para ser compartido por todos los demás. 3 Los Invitados han traído Consigo
provisiones ilimitadas. 4 Y a nadie se le priva de nada ni nadie puede privar a otro de nada tampoco. 5 He aquí
el festín que el Padre tiende ante Su Hijo y que comparte con él equitativamente. 6 Y en ese compartir no puede
haber una brecha en la que la abundancia merme y disminuya. 7 Aquí los años de escasez no se presentarán, ya
que el tiempo no forma parte de este festín, pues es eterno. 8 El Amor ha desplegado su mesa en el espacio que
parecía mantener a tus Invitados alejados de ti.
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