En el instante santos se satisface la condición del amor, pues las mentes se unen sin la interferencia del cuerpo, y allí donde hay comunicación hay paz.
(UCDM, T-15.XI.7:1)
7. En el instante santo se satisface la condición del amor, pues las mentes se unen sin la interferencia del cuerpo, y allí donde hay comunicación hay paz. 2 El Príncipe de la Paz nació para restablecer la condición del amor, enseñando que la comunicación continúa sin interrupción aunque el cuerpo sea destruido, siempre y cuando no veas al cuerpo como el medio indispensable para la comunicación. 3 Y si entiendes esta lección, te darás cuenta de que sacrificar el cuerpo no es sacrificar nada, y de que la comunicación, que es algo sólo propio de la mente, no puede ser sacrificada. 4 ¿Dónde está entonces el sacrificio? 5 Nací para enseñar la lección de que el sacrificio no está en ningún lugar y que el amor está en todas partes, y ésta es la lección que todavía quiero enseñarles a todos mis hermanos. 6 Pues la comunicación lo abarca todo, y en la paz que restablece, el amor viene por su propia voluntad
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