Y Dios Mismo enjugará toda lágrima.
1. Padre, a menos que juzgue no puedo sollozar. 2 Tampoco puedo experimentar dolor, sentirme abandonado o
creer que no se me necesita en este mundo. 3 Éste es mi hogar porque no lo juzgo y, por lo tanto, es
únicamente lo que Tú quieres que sea. 4 Hoy lo quiero contemplar libre de toda condena, a través de los ojos
felices que el perdón ha liberado de toda distorsión. 5 Hoy quiero ver Tu mundo en lugar del mío. 6 Y me
olvidaré de todas las lágrimas que he derramado, pues su fuente ha desaparecido. 7 Padre, hoy no juzgaré Tu
mundo. `
2. El mundo de Dios es un mundo feliz. 2 Los que lo contemplan pueden tan sólo sumar a él su propia dicha y
bendecirlo por ser la causa de una mayor alegría para ellos. 3 Llorábamos porque no entendíamos. 4 Pero
hemos aprendido que el mundo que veíamos era falso, y hoy vamos a contemplar el de Dios.
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