los pájaros se ve reflejado el júbilo del Cielo.
T-26.IV.2:2 3
T-26.IV.2:3No hay tristeza ni divisiones,
pues todo se ha perdonado completamente. 4 Y los que han sido perdonados no pueden sino unirse, pues nada
se interpone entre ellos para mantenerlos separados y aparte. 5 Los que son incapaces de pecar no pueden sino
percibir su unidad, pues no hay nada que se interponga entre ellos para alejar a unos de otros. 6 Se funden en el
espacio que el pecado dejó vacante, en jubiloso reconocimiento de que lo que es parte de ellos no se ha
mantenido aparte y separado.
3. El santo lugar en el que te encuentras no es más que el espacio que el pecado dejó vacante. 2 En su lugar ves
alzarse ahora la faz de Cristo. 3 ¿Quién podría contemplar la faz de Cristo y no recordar a Su Padre tal como
Éste realmente es?
4 ¿Y quién que temiese al amor podría pisar la tierra en la que el pecado ha dejado un sitio
para que se erija un altar al Cielo que se eleve muy por encima del mundo hasta llegar más allá del universo y
tocar el Corazón de toda la Creación?
5 ¿Qué es el Cielo sino un himno de gratitud, de amor y de alabanza que
todo lo creado le canta a la Fuente de su creación?
6 El más santo de los altares se erige donde una vez se creyó
reinaba el pecado. 7 Y todas las luces del Cielo vienen a él para ser reavivadas y para incrementar su gozo.
8 Pues en este altar se les restituye lo que habían perdido y recobran todo su fulgor.
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