enlace a "los dos usos del tiempo"
1. Es imposible abandonar el pasado sin renunciar a la relación especial. 2 Pues la relación especial es un intento de revivir el pasado y alterarlo. 3 Toda imaginada ofensa, todo dolor que todavía se recuerde, así como todas las desilusiones pasadas y las injusticias y privaciones que se percibieron forman parte de la relación especial, que se convierte en el medio por el que intentas reparar tu herido amor propio. 4 Sin el pasado, ¿de qué base dispondrías para elegir a un compañero en particular? 5 Toda elección al respecto se hace por razón de algo “malo” que ocurrió en el pasado a lo que aún estás aferrado y por lo que otro tiene que pagar.
1. Es imposible abandonar el pasado sin renunciar a la relación especial. 2 Pues la relación especial es un intento de revivir el pasado y alterarlo. 3 Toda imaginada ofensa, todo dolor que todavía se recuerde, así como todas las desilusiones pasadas y las injusticias y privaciones que se percibieron forman parte de la relación especial, que se convierte en el medio por el que intentas reparar tu herido amor propio. 4 Sin el pasado, ¿de qué base dispondrías para elegir a un compañero en particular? 5 Toda elección al respecto se hace por razón de algo “malo” que ocurrió en el pasado a lo que aún estás aferrado y por lo que otro tiene que pagar.
2. La relación especial es una venganza contra el pasado. 2 Al tratar de eliminar todo sufrimiento pasado, pasa por
alto el presente, pues está obsesionada con el pasado y comprometida totalmente con él. 3 Ninguna relación
especial se experimenta en el presente. 4 Sombras del pasado la envuelven y la convierten en lo que es. 5 No
tiene ningún significado en el presente, y si no significa nada en el ahora, no significa nada en absoluto.
6 ¿Cómo ibas a poder cambiar el pasado, salvo en fantasías?
7 ¿Y quién te puede dar aquello de lo que según tú
se te privó en el pasado?
8 El pasado no es nada. 9 No trates de culparlo por tus privaciones, pues el pasado ya
pasó. 10 En realidad es imposible que no puedas desprenderte de lo que ya pasó. 11 Debe ser, por lo tanto, que
estás perpetuando la ilusión de que todavía está ahí porque crees que sirve para algún propósito que quieres ver
realizado. 12 Y debe ser también que ese propósito no puede realizarse en el presente, sino sólo en el pasado.
3. No subestimes la intensidad del deseo del ego por vengarse del pasado. 2 El ego es absolutamente cruel y
completamente demente. 3 Se acuerda de todo lo que hiciste que lo ofendió e intenta asegurarse de que pagues
por ello. 4 Las fantasías que introduce en las relaciones que ha escogido para exteriorizar su odio, son fantasías
de tu destrucción. 5 Pues el ego te guarda rencor por el pasado, y si te escapas del pasado se vería privado de
consumar la venganza que, según él, tan justamente mereces. 6 Sin embargo, si no te tuviera a ti de aliado de tu
propia destrucción, el ego no podría utilizar el pasado contra ti. 7 En la relación especial permites tu propia
destrucción. 8 Que eso es demente es obvio. 9 Lo que no es tan obvio es que el presente no te sirve de nada
mientras persigas el objetivo del ego como aliado suyo.
4. El pasado ya pasó.
a No intentes conservarlo en la relación especial que te mantiene encadenado a él, y que
quiere enseñarte que la salvación se encuentra en el pasado y que por eso necesitas volver a él para encontrarla.
2 No hay fantasía que no encierre un sueño de represalias por lo ocurrido en el pasado. 3 ¿Qué prefieres,
exteriorizar ese sueño o abandonarlo?
5. No parece que lo que buscas en la relación especial sea la venganza. 2 Y ni siquiera cuando el odio y la crueldad
se asoman fugazmente se quebranta seriamente la ilusión de amor. 3 Sin embargo, lo único que el ego nunca
permite que llegue a tu conciencia es que la relación especial es la exteriorización de tu venganza contra ti
mismo. 4 ¿Qué otra cosa podría ser?
5 Cuando vas en busca de una relación especial, no buscas la gloria dentro
de ti. 6 Has negado que se encuentre en ti, y la relación se convierte en su substituto. 7 La venganza pasa a ser
aquello con lo que substituyes la Expiación, y lo que pierdes es poder escaparte de la venganza.
6. Frente a la demente noción que el ego tiene de la salvación, el Espíritu Santo te ofrece dulcemente el instante
santo. 2 Hemos dicho antes que el Espíritu Santo tiene que enseñar mediante comparaciones, y que se vale de
opuestos para apuntar hacia la verdad. 3 El instante santo es lo opuesto a la creencia fija del ego de que la
salvación se logra vengando el pasado. 4 En el instante santo se comprende que el pasado ya pasó, y que, con
su pasar, el impulso de venganza se arrancó de raíz y desapareció. 5 La quietud y la paz del ahora te envuelven
con perfecta dulzura. 6 Todo ha desaparecido, excepto la verdad.
7. Puede que por algún tiempo todavía trates de llevar ilusiones al instante santo, obstaculizando así el que seas
plenamente consciente de la absoluta diferencia que existe—con respecto a todo—entre tu experiencia de la
verdad y tu experiencia de la ilusión. 2 Mas no seguirás tratando de hacer eso por mucho más tiempo. 3 En el
instante santo el poder del Espíritu Santo prevalecerá porque te habrás unido a Él. 4 Las ilusiones que cargas
contigo atenuarán la experiencia que tienes de Él por algún tiempo e impedirán que retengas la experiencia en
tu mente. 5 Mas el instante santo es eterno, y las ilusiones que tienes acerca del tiempo no impedirán que lo
intemporal sea lo que es ni que lo experimentes tal como es.
8. Lo que Dios te ha dado, te lo dio de verdad y no podrás sino recibirlo de verdad. 2 Pues los dones de Dios están
desprovistos de toda realidad a menos que tú los recibas. 3 Recibirlos consuma Su dación. 4 Tú los recibirás
porque Su Voluntad es darlos. 5 Él dio el instante santo para que te fuese dado a ti, y es imposible que no lo
recibas, puesto que Él lo dio. 6 Cuando dispuso que Su Hijo fuese libre, Su Hijo fue libre. 7 En el instante santo
se encuentra Su recordatorio de que Su Hijo será siempre exactamente como fue creado. 8 Y el propósito de
todo lo que el Espíritu Santo enseña es recordarte que has recibido lo que Dios te dio.
9. No hay nada por lo que tengas que guardarle rencor a la realidad. 2 Lo único que debes perdonar son las
ilusiones que has albergado contra tus hermanos. 3 Su realidad no tiene pasado, y lo único que se puede
perdonar son las ilusiones. 4 Dios no le guarda rencor a nadie, pues es incapaz de albergar ningún tipo de
ilusión. 5 Libera a tus hermanos de la esclavitud de sus ilusiones, perdonándolos por las ilusiones que percibes
en ellos. 6 Así aprenderás que has sido perdonado, pues fuiste tú quien les ofreció ilusiones. 7 En el instante
santo esto es lo que se lleva a cabo por ti mientras estés en el tiempo, para de este modo brindarte la verdadera
condición del Cielo.
10. Recuerda que siempre eliges entre la verdad y las ilusiones, entre la verdadera expiación que cura y la
“expiación” del ego que destruye. 2 Todo el Poder y Amor de Dios, sin límite alguno, te apoyarán a medida que
busques únicamente el papel que te corresponde desempeñar en el plan de Expiación que procede de Su Amor.
3 Sé un aliado de Dios y no del ego en tu búsqueda para descubrir cómo alcanzar la Expiación. 4 Con Su ayuda
basta, pues Su Mensajero sabe cómo restituirte el Reino y hacer que todo tu interés en la salvación se centre en
tu relación con Él.
11. Busca y encuentra Su mensaje en el instante santo, en el que se perdonan todas las ilusiones. 2 Desde ahí el
milagro se extiende para bendecir a todo el mundo y resolver todo problema, percíbase como grande o
pequeño, como que puede ser resuelto o como que no. 3 No hay nada que no ceda ante Él y Su majestad.
4 Unirse en estrecha relación con el Él es aceptar todas las relaciones como reales, y gracias a su realidad,
abandonar las ilusiones a cambio de la realidad de tu relación con Dios. 5 Alabada sea la relación que tienes
con Él y ninguna otra. 6 La verdad reside en ella y no en ninguna otra parte. 7 Eliges esto o nada.
12. Perdónanos nuestras ilusiones, Padre, y ayúdanos a aceptar la verdadera relación que tenemos Contigo, en la
que no hay ilusiones y en la que jamás puede infiltrarse ninguna. 2 Nuestra santidad es la Tuya. 3 ¿Qué puede
haber en nosotros que necesite perdón si Tu Perdón es perfecto?
4 El sueño del olvido no es más que nuestra
renuencia a recordar Tu Perdón y Tu Amor. 5 No nos dejes caer en la tentación, pues la tentación del Hijo de
Dios no es Tu Voluntad. 6 Y que recibamos únicamente lo que Tú has dado, y que aceptemos sólo eso en las
mentes que Tú creaste y que amas. 7 Amén.